Chris Kyle fue conocido como el francotirador más letal de la historia estadounidense, jactándose él en su libro de ser responsable de casi 250 muertes y una a casi dos kilómetros de distancia. Chris Kyle es un asesino a sangre fría para muchos y un héroe de la patria para otros tantos.
Clint Eastwood toma como base la autobiografía del famoso francotirador y así nos cuenta cómo un joven vaquero sin mucho éxito en sus relaciones decide enlistarse casi al mismo tiempo que conoce a su futura mujer. Bradley Cooper y Sienna Miller conforman entonces una pareja con buena química, pero que funciona mejor en los primeros momentos de la relación. Porque después, Chris no podrá, no importa cuánto lo intente, llevar adelante ambos tipos de vida.
En la guerra, como miembro de la Navy Seals, Chris se convierte rápidamente en un exitoso francotirador hasta el punto de ser apodado el Diablo de Ramadi en Irak y con 80.000 dólares por su cabeza. Pero estar en ese lugar no es algo fácil, el enemigo a veces puede ser un niño o una señora con un arma en la mano. Y así de fuerte empieza la película, con Kyle situado frente a la perilla debatiendo si debe o no disparar a una señora con un chico que de repente saca un arma.
Mientras Kyle siente cada vez más fuerte la necesidad de proteger a sus compañeros, su matrimonio comienza a derrumbarse. En su casa lo espera su mujer, sus hijos, y los miles de mambos que no puede evitar llevarse siempre consigo a donde vaya. Cuatro veces va a luchar a Irak Chris, más allá de cuánto su mujer le implore que se quede.
Y por momentos la película recuerda a The Hurt Locker, el film de Kathryn Bigelow que pone en el centro a un Jeremy Renner capaz sólo de desactivar bombas, que no se haya como un marido y padre normal, que no es él si no está en el campo de guerra. Y acá sucede un poco lo mismo. Por eso se demora todas esas veces hasta darse cuenta de que si sigue yendo su matrimonio llegaría a un fin. En su casa, junto a su mujer y sus hijos, a veces se encuentra distanciado, en cambio, en el campo de guerra nunca duda.
Más allá de humanizar a una máquina de guerra, como muchos pueden ver esta película, Eastwood demuestra una vez más sus dotes como director. En este caso, con una edición cuidada que puede saltar de tiempo en tiempo pero en momentos muy precisos. Y hay una escena en particular, que se sucede en una tormenta de arena, que es de lo más destacable de la película. Otra decisión que toma es la de no utilizar una banda sonora. Hay algunos sonidos que funcionan como golpes de efectos que se terminan tornando un poco reiterativos pero además, la lluvia de créditos en silencio no hace más que acrecentar la sensación que deja esta película, no importa la postura que tome.
Con seis nominaciones al Oscar, incluyendo una para Bradley Cooper, que parece venir siendo un favorito de la Academia, American Sniper es una buena y polémica película, que conviene ver intentando alejarse del trasfondo ideológico.