El regreso del Sr. y Sra Smith
Después de su rol como directora en Inquebrantable (Unbroken, 2010), Angelina Jolie se pone una vez más detrás de las cámaras. Esta vez opta por un drama intimista de la mano de su marido inspirándose en la estética del cine francés.
La historia transcurre en la década del 70’ y gira en torno a la vida del escritor Roland (Brad Pitt), su esposa Vanessa (Angelina Jolie) y su llegada a un pintoresco hotel en la costa de Francia. De a poco descubrimos que si bien desde afuera todo se ve muy lindo, la pareja atraviesa una profunda crisis y ambos deben lidiar con conflictos no resueltos.
Puede verse la intención y el enorme esfuerzo de Angelina Jolie por imitar al cine europeo, no únicamente desde su ubicación temporal y espacial, sino desde la línea narrativa y el ritmo con el que se desarrollan los sucesos. Lo que la actriz de Maléfica quería hacer está claro, pero finalmente se queda solo con la mera imitación de un formato.
La historia es sencilla en exceso. Brad Pitt es un escritor que alguna vez fue exitoso y que hoy no logra encontrar la inspiración para escribir una nueva obra de arte (quizás solo lo vimos unas miles de veces). Angelina Jolie es una ex bailarina que atraviesa una intensa depresión. Las razones todavía no se saben, pero pueden intuirse desde el primer momento. Y en el medio beben. Beben y fuman, caminan y discuten. Todo frente al mar.
Por otro lado, si alguno tuvo la posibilidad de visitar el Museo de Cera de Madame Tussauds descubrirá que suele haber una larga cola para llegar a los muñecos de la pareja Angelina/Brad, lo cual solo ayuda a re confirmar que el nivel de popularidad que tienen juntos supera todo tipo de lógica. Ambos están correctos en los personajes algo irritantes que tienen que interpretar, y como siempre se disfruta de su belleza en cámara, pero esto no es suficiente para que Frente al mar (By the sea, 2015) logre salir a flote. Si los protagonistas hubiesen sido desconocidos o incluso conocidos pero ubicados dentro del rubro independiente al que supuestamente apunta la película, Universal jamás habría puesto sus garras en el proyecto y posiblemente estaríamos viendo la película en algún festival de cine arte.
Así, Frente al mar se transforma en otro de los tantos ejemplos en donde la popularidad de los actores definen el destino comercial de una película.