Las ambiciones de Gato negro tampoco son pequeñas. El director invita al espectador a ponerse en los zapatos del personaje evitando cualquier juicio de valor. Los recursos técnicos aplicados a la película brillan como en una superproducción. Y, finalmente, actores de prestigio y reconocimiento popular se prestan al juego al apropiarse de la historia, incluso los que no tienen más que una o dos escenas en el film. Así, amparado en el apoyo de generosos productores y el buen trabajo de figuras como Luciano Cáceres, Leticia Brédice, Luis Luque y Lito Cruz, Gastón Gallo da inicio a la que podría ser una carrera sostenida como director de cine.