Ghost in the Shell: la mejor Scarlett Johansson
La actriz de "Los Vengadores" protagoniza esta aventura futurista que actúa a su vez como remake de un viejo film de animación japonesa.
Una nueva moda se cierne sobre Hollywood y es la de adaptar los grandes clásicos de la animación japonesa a película con actores. Así como Disney hace con sus clásicos como La Bella y la Bestia, El Libro de la Selva o La Cenicienta, los demás estudios se empeñan en buscar las mejores obras animadas del mundo (que en un 70 por ciento son japonesas) y llevarlas a Hollywood con grandes actores, por eso en los próximos años llegarán Battle Angel Alita y la ultra demoradaAkira.
Ghost in The Shell, por su parte es una remake muy libre del animé homónimo dirigido por Mamoru Oshii en 1995, que tiene la dura responsabilidad de abrir el juego, y gracias a la pericia del director Rupert Sanders –el mismo de Blancanieves y El Cazador (2012)- lo logra con un gran esfuerzo.
La historia, basada tanto en la película animada como en las sucesivas series y en la historieta publicada entre 1989 y 1990, relata las andanzas futuristas de un grupo parapolicial de elite llamado Sección 9 que cuenta entre sus integrantes con seres humanos comunes, otros mejorados mediante tecnología y también a una cyborg llamada Mira (Scarlett Johansson), que a su vez actúa como la líder del escuadrón.
La Sección 9 es conocida por detener a los denominados criminales cibernéticos, entre los que se cuenta hackers y ciborgs que atentan contra la nación y también contra las grandes corporaciones que mantiene un status quo y la economía funcionando.
La nueva misión que se le encarga al grupo es la de detener a un terrorista que se hace llamar Kuze y que hackea androides para asesinar a los responsablesde la corporación que ha construido el cuerpo de Mira.
Sin embargo, la incógnita de la película –que es un doble juego para los seguidores de las versiones animadas de esta historia- no pasa solamente por ese ladoya que Mira también tiene otro tipo de dudas sobre su origen, que no termina de cerrarle y cree que Kuze puede tener parte de la respuesta por lo que su motivación para atraparlo se duplica. De esta manera, y al igual que ocurre en los grandes clásicos de robots, androides y cyborgs como “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” de Phillip K. Dick –llevado a la pantalla grande con maestría por Ridley Scott en Blade Runner- o “Yo, Robot”, de Isaac Asimov, la angustia de no saber hasa qué punto las máquinas pueden desarrollar una conciencia invade a la protagonista que emprende dos búsquedas en simultáneo.
La película es una de esas joyitas que por algún que otro motivo no llegan a convertirse un clásico. Quizá sea por respetar los tiempos del animé –que deja silencios muy prolongados-, o quizá por mezclar dos o tres historias del manga y la serie animada en una sola (aunque de manera sólida y coherente, es sí), la película no llega a una puntuación suprema pero eso no le quita lo que vale en sí.
El británico Rupert Sanders, un experto en reinterpretar los clásicos de la literatura se pasa ahora a género de las historietas y el resultado es enriquecedor.
La reconstrucción –en realidad reimaginación si es que existe esa palabra- que hacen Sanders y su equipo del mundo cyberpunk creado por Masamune Shirow es exquisito, plagado de detalles que hacen que valga la pena ver una y otra vez las escenas no sólo por la acción sino también por la ambientación lograda. La ciudad futurista luce inmensa, con sus edificios más altos que nunca y sus suburbios aún más peligrosos.
La fotografía de Jess Hall y la música de Lorne Balfe y Clint Mansell, que imita pero no copia a la de la película animada, terminan de pintar un cuadro realmente inabarcable en una sola vista.
Las escenas de acción, otro de los atractivos del film de Oshii, también se lleva laspalmas ya que no sólo recrea lo de lo original sino que lo expande hasta límites visualmente maravilosos.
En definitiva, Ghost in the Shell –nos negamos a llamarla “La Vigilante del Futuro”- es una gran oportunidad de volera disfrutar de esta clásica historia en una versión remozada que además cuenta con la incomparables presencia de Scarlett Johansson en todo su esplendor físico y un Takeshi Kitano que se devora la segunda mitad de la obra.