Gloria

Crítica de Pedro Squillaci - La Capital

Gloria llegó al momento “ni” de su vida: ni tan joven ni tan vieja. Al límite de los 60 años, es una mujer separada hace 12 años, independiente, con un empleo que le permite un buen pasar, tiene casa y auto, pero el amor no le pasa ni cerca. Encima sus hijos ni le atienden el teléfono y sólo tiene una pareja amiga para compartir alguna cena con debate político incluido. Por eso decide ir a la búsqueda de compañía. Y recalará en uno de esos lugares bailables para gente mayor. En una de esas noches conocerá a Rodolfo, un hombre separado hace un año, dueño de un local dedicado al juego del paintball, que arrastra el karma de tener que mantener a sus dos hijas y a su ex, ya que ninguna trabaja. Gloria se entrega a este hombre, pero no porque esté enamorada, sino para huir de esa sombra de la soledad que la acosa. Ante la frustración, también se refugia en la marihuana y el alcohol, tan solo para escapar de su no lugar. Paulina García, en una interpretación sutil y profunda, ganó con justicia el premio a la mejor actriz en el festival de Berlín y se animó a escenas de sexo y de desnudez poco habituales en actrices de su edad. El cierre con la famosa versión “Gloria”, de Umberto Tozzi, cierra la historia de un modo inmejorable.