En la nueva manía hollywoodense por crear universos cinematográficos -véase el caso de Avengers o de El conjuro-, Warner Bros. y Legendary Entertainment crearon el MonsterVerse (protagonizado por Godzilla y King Kong). En esta ocasión llega a los cines Gozdilla 2: el rey de los monstruos.
A diferencia de su antecesora (entrega a cargo de Gareth Edwards), en esta ocasión sí podremos disfrutar más tiempo de Godzilla en la pantalla. En esta segunda parte, el mítico personaje deberá hacerle frente a la casi veintena de monstruos -entre ellos Ghidorah, una especie de dragón gigante de tres cabezas– que Emma Russell (Vera Farmiga), una paleobióloga que trabaja para Monarch, trajo a la vida con el objetivo de restablecer el orden natural del mundo.
La trama también se centra en Mark Russel (Kyle Chandler), un especialista en comportamiento de animales que, anteriormente, también trabajó para Monarch. Él se unirá a esta misión con el único objetivo de rescatar a su hija Madison (interpretada por la carismática Millie Bobby Brown), quien está ¿secuestrada? junto a Emma, su madre y ex esposa, respectivamente. En esta ocasión, la trama más mundana no tiene tanto peso en la historia, tampoco es que la del 2014 lo haya tenido, pero aun así estaba mejor desarrollada y era más fácil empatizar con los humanos.
La película intenta dar un mensaje sobre cómo los seres humanos están destrozando el planeta Tierra y como la “madre naturaleza” cobrará venganza por esto -en determinado momento hasta se da un discurso bastante similar al de Thanos, el famoso villano de Avengers–. Aun así, esto queda como algo al pasar y no vuelven a ahondar en el tema. De hecho, cuando se descubre la verdadera identidad del villano principal (el monstruo, no el humano) se anula por completo este discurso.
La resolución del conflicto es predecible. Es una película que en ningún momento sale de la norma: Hollywood en su estado más puro. Las cosas ocurren porque sí (o porque el guión así lo necesita). La parte más mundana (por así decirlo) de esta nueva trama no llega a ningún lado, y peca en exceso de los clichés más básicos que se puedan imaginar. Finalmente Godzilla 2: el rey de los monstruos, queda como una película superflua, sin nada que aportar más allá de un poco de diversión.
Gozdilla 2: el rey de los monstruos es, lisa y llanamente, una película pochoclera. Cumple con el objetivo de entretener durante sus dos horas de duración (aunque le sobren varios minutos), pero no se le puede pedir más que eso. Funciona para aquellos que tengan ganas de pasar un rato con un film de acción y que no los haga pensar realmente en nada