En esta nueva película sobre dos “titanes” somos partícipes de un show de efectos visuales por doquier, un guión bastante mediocre, personajes superficiales y una seguidilla de datos respecto a los diferentes sucesos que lo único que logran es agotar al espectador.
Kong es trasladado al centro de la tierra en una misión que parece imposible mientras que Godzilla destruye ciudades, aparentemente está “furioso” porque lo van a reemplazar, de acuerdo a los argumentos de uno de los protagonistas. Por un lado hay un grupo de personajes que están a cargo del traslado de Kong (interpretados por Rebecca Hall y Alexander Skarsgård, entre otros), y luego están “los villanos”, poderosos y con malas intenciones: trabajan en la sede de una empresa de tecnología llamada Apex ubicada en Hong Kong, donde diseñan y construyen monstruos tecnológicos ultrapoderosos. Para darle una vuelta de tuerca “cómica” a la historia, los roles de Millie Bobby Brown, Bryan Henry y Julian Denisson se ven envueltos dentro de la “trama”, al seguir una teoría que elabora uno de ellos a través de un podcast.
En Godzilla vs. Kong hay efectos especiales desde el minuto uno, y es claro que así tiene que hacer, pues la gracia de ver estas películas en la pantalla grande es disfrutar del show visual que los creadores diseñaron. Quizás para los fanáticos de este tipo de historias, amantes de las luchas sorprendentes con sonidos potentes, el filme satisfaga sus expectativas. De hecho parece estar pensada de esa forma, pues “el versus” al que alude el título es donde el foco está puesto. Claro que entre los humanos también pasan cosas (porque hay que rellenar con algo las casi dos horas de duración), pero todo es tan poco creible, irrelevante y vacío que ni siquiera los nombres del elenco, actores que se han lucido en otras oportunidades, pueden aportar a este “tanque” otra arista más que no sea la de los efectos especiales por doquier.
Millie Bobby Brown viene de luchar contra un monstruo en “Stranger things” y acá también es la chica valiente que no le tiene miedo a nada, Rebecca Hall está tan desaprovechada que su personaje podría no estar en la película y hubiera sido lo mismo. Alexander Skarsgård es el tipico heroe que todo lo puede y así seguiría la lista: roles sin profundidad ni matices que nada tienen que aportar.
“Godzilla vs. Kong” atraerá a las salas a los pochocleros y también a los cinéfilos que siguen la carrera de Wingard (“The guest”, “Death note”). Es una película que puede generar empatía y regocijo (de hecho las críticas extranjeras son muy buenas en general), o como el caso de quien escribe estas líneas, no significar nada más que desconectarse de la realidad para trasladarse a presenciar una historia con muy buenos efectos especiales sobre sobre dos gigantes que pelean a lo grande.