El director Peter Segal vuelve a los espías. Su último acercamiento al subgénero había sido en 2008 con la versión del Superagente 86 protagonizado por Steve Carell. Esta vez trae de regreso a Dave Bautista, quien anteriormente había encarnado a Mr. Hinx, el oponente físico de Daniel Craig en ‘SPECTRE’, solo que ahora en el equipo de los buenos y como personaje principal. JJ Cena (Bautista) es un talentoso agente de campo de la CIA que pronto será degradado a casos de vigilancia, debido a los daños colaterales causados en sus últimas misiones. Una vez enviado a Chicago para vigilar a la esposa y a la hija del hermano de un despiadado traficante de dispositivos explosivos y nucleares, Cena será descubierto por la pequeña, Sophie (Chloe Coleman), quien lo amenazará con revelar su tarea de mirón a su madre a menos que cumpla con los favores que ella va a pedirle. La dupla protagónica es, ante todo, simpática y divertida. Es digna de más de una carcajada por parte de la tribuna. No obstante, las situaciones siempre disponen de personajes que se dedican a citar referencias culturales verbalmente, al punto de que no paran de nombrárselas al público para ganarse su confianza en actos desesperados. En la primera escena, situada en Chernobyl, en plena transacción con los antagonistas rusos, se usan (y se aclara que son) diálogos de ‘Un lugar llamado Nothing Hill’ y se señala un parecido con Mickey Rourke en ‘Iron Man 2’. Más adelante, Bautista se esconde y se queda inmóvil entre los peluches de la habitación de la niña, cual E.T. frente a la madre de Elliot. Se compara su estilo de baile con el de Shrek y, en una pelea a puño cerrado, cerca de un avión que pierde combustible y está a punto de estallar, su compañera indica que le recuerda a algo, “solo nos faltan los nazis”, como clara alusión a ‘Los Cazadores del Arca Perdida’. Hay un rejunte de citas estruendosas que se vuelven notas al pie. Un film de espías que se convierte parodia de espías. La contracara de esto podría identificarse en ‘La Pistola Desnuda’, la cual se disfraza de cine negro, pero tiene claro que su finalidad es la de ser una comedia hecha y derecha. Algo que sus secuelas olvidarían paulatinamente, sobre todo la tercera entrega, que no paraba de calcar escenas de las películas más recientes, simplemente para burlarse de ellas, sin crecer en su esencia en plan de sátira. ‘Grandes Espías’ recurre a un arquetipo nuclear que la saga de ‘Misión Imposible’ retomó de las novelas de John Le Carré, uno que las ‘007’ mantienen en suspenso desde hace tiempo y parecería que dejará de hacerlo en su próxima película, ya que en su tráiler cinematográfico vemos personajes usando trajes anti radiaciones (si, como los del Doc Emmett Brown). De este recurso se ocupa a medias, se preocupa más por encajar en su contemporaneidad con el socorro de circunstancias conocidas que no vienen al caso. Fuera de esto, es graciosa a medias.
Si uno mira solamente el poster de esta película, puede darse una idea de cómo va a ser: vemos a los protagonistas, una nena y un señor grandote de traje, de espaldas. Al lado del señor en cuestión (de nombre JJ) hay una mochila carrito rosada, mientras que la susodicha niña (Sophie) está subida a un maletín. Con esto, lo que uno puede esperarse es una comedia de acción familiar, con dos personajes bien distintos, donde el humor surge a partir de sus actitudes antagónicas. Grandes espías no se aparta de este esquema en casi ningún momento. Uno puede prever, más o menos, cómo va a resultar la acción de los personajes: JJ (pronúnciese “yei-yei”), el duro agente de la CIA (un Dave Bautista en estado de gracia) que de a poco muestra un lado sensible a medida que conoce a la niña que debe cuidar; Sophie, cuyo carisma e inteligencia se potencian al conocer al espía; la agente que acompaña a JJ, que al principio se muestra inútil a la hora de manejar las armas, para luego mostrarse eficaz a la hora de combatir a los malos; la madre soltera de Sophie, quien terminará por engancharse con el protagonista. A esto se le suman las dosis de humor y de drama que abarcan la mayor parte del metraje, y que conviven con la trama de espionaje. Esta última justamente queda apenas esbozada, mostrándose de manera muy pobre frente a la relación entre JJ y Sophie. Aún con esta suma de elementos previsibles, lo cierto es que la virtud del filme está, curiosamente, en cómo reconoce sus clichés, especialmente los del cine de acción. O sea que incluso si esta película se interna por caminos ya conocidos, puede a través de ellos encontrar momentos de vitalidad. Esto ocurre en la secuencia con que abre el filme, donde vemos a JJ hacerse pasar por uno de los rusos malos para desbaratar su plan, sólo para ser descubierto por uno de ellos que le retruca “¿con quién tomaste clases de actuación? ¿Con Mickey Rourke en ‘Iron Man 2’?”. O en las escenas en que JJ enseña a Sophie a no mirar a las explosiones mientras caminan hacia adelante. Quizás donde esto mejor se expresa sea en el clímax, donde una escena de extrema tensión es interrumpida por un personaje que dice “siento que vi esto antes. Sólo faltan los nazis”. Esta autoconciencia es lo bastante notable como para mantener la película a flote. Exigir más sería pedirle peras al olmo. Aunque el olmo pueda resultar simpático. Calificación: 6/10
Efectiva película del género “monstruo del cine de acción comparte cartel con pequeñe interprete” en la que un agente de la CIA deberá lidiar con una jovencita para poder resolver el misterio tras un siniestro plan para destruir el mundo. Con humor, momentos tiernos y gags que realzan el histrionismo de Dave Bautista, esta propuesta hará feliz a más de un miembro de la familia.
Chloe Coleman hace nacer a una detective y entrena al recio Dave Bautista. Crítica de Grandes espías. La película estadounidense crece por las interpretaciones de Dave Bautista y Chloe Coleman. Una dupla imbatible por su vínculo, la compatibilidad y las diferencias entre ellos producen una cinta cómica, sensible e intrigante. Por. Florencia Fico. El filme “Grandes espías(My Spy)” cuenta con la dirección de Peter Segal. Un realizador que sigue hipnotizando con sus cortes, donde propicia climas humorísticos. El espectador se hace parte de sus obras. La formula funcionó igual con: “Locos de ira” con Adam Sandler y Jack Nicholson y “Como si fuera la primera vez” con Drew Barrymore. El argumento de la cinta se ancla en uno de los agentes más renombrados JJ(Dave Bautista) que tras un objetivo de la CIA piensa no posee emotividad; ésto lo ubica en vigilancia de una chica de 9 años Sophie(Chloe Coleman), luego de darle como misión averiguarla y a sus parientes. El guión en manos de Erich Hoeber y Jon Hoeber prolonga el universo gracioso con condimentos de espionaje lo que le da espesor al filme. Además tratan temas como el ciberacoso, los duelos, la desigualdad de género en el mundo de los espacios de inteligencia o pesquisa y la inteligencia emocional. Los diálogos mezclan jerga detectivesca y chistes bajo una trama que dio espacio al suspenso. Resultado de imagen de grandes espias pelicula El encargado de la música fue Dominic Lewis se destaca cuando el agente JJ(Dave Bautista) se topa con estilos musicales fuera de su gusto hard con temas de Celine Dion o Britney Spears, asimismo demuestra su torpeza al bailar en géneros salseros o rap. La fotografía de Larry Blanford usa su lente siempre ágil en locaciones de acción. Una captura pendular que provoca vértigo y las persecuciones dieron tomas arriesgadas. En las secuencias de lucha se usó la cámara lenta, para aprovechar la esencia del riesgo en las averiguaciones secretas y también para dar toques graciosos. El reparto brilló por dos protagónicos el oficial JJ en la piel de Dave Bautista quien pudo distender y calmar al puro músculo JJ, lo dotó de habilidades en combate(él fue ex – boxeador) y afecto en conjunto con su compañera Sophie(Chloe Coleman) una actriz de corta edad pero de larga aptitud en escena; su espectro dio drama, inocencia y perspicacia, extorsión y disfrute. Resultado de imagen de grandes espias pelicula Otros personajes interesantes fueron: “Bobbi”(Kristen Schaal) colega de JJ, ella propone una agente extrovertida y siempre optimista a veces ridículamente ingeniosa asimismo a Ken Jeong como David Kim un jefe disparatado. Y la pareja gay compuesta por el dúo bromista: Devere Rogers y Noah Dalton Danby. Por último un villano para olvidar por lo básico y poco motivado “Marquez”(Greg Bryk). La película funciona a partir de la relación entre los actores Dave Bautista y Chloe Coleman que con su atractivo deleita al público. Bajo el lema de buddy movie o filme en base a la amistad y no cualquiera una que atrapa a la familia con espionaje cursi y burlesco. Puntaje:75.
Los grandes actores de acción siempre se encuentran en la disyuntiva de atravesar el sinuoso camino de entrar en el género de comedia infantil, siendo algo que muy pocas veces funciona bien. Arnold Schwarzenegger, Sly Stallone, incluso nuevos valores de la acción como Dwayne Johnson y Vin Diesel pusieron el cuerpo, dejaron la vergüenza de lado y se embarcaron en este tipo de empresas. Entonces, luego de demostrar buen timing en el humor con Guardianes de la Galaxia, Dave Bautista (a.k.a.: Drax) se suma a este tipo de experimentos audiovisuales con Grandes Espías, aunque sin mucho tino. La historia es bastante simple: cuando el agente de campo de la CIA Jason Jones (Dave Bautista) es degradado a un simple trabajo de vigilancia -luego de una misión infructuosa-, en él tendrá que espiar a una madre y a su hija de 9 años, Sophie (Chloe Coleman). Ésta usa su habilidad tecnológica y astucia para encontrar el escondite secreto de Jones cerca del apartamento que comparte con su madre. A cambio de no revelar el secreto del espía, Sophie lo convence de pasar tiempo con ella y enseñarle todos los secretos de su profesión. El director, Peter Segal, es un conocido del género habiendo dirigido cosas como Naked Gun 33 1/3: The Final Insult (La pistola desnuda 33 1/3, 1994), 50 First Dates (Como si fuera la primera vez, 2004) o la nueva versión de Get Smart (El súper agente 86, 2008). En este caso se apoya demasiado en Bautista que carece de las capacidades actorales de otros héroes de acción. La falta de movilidad en los músculos de la cara (algo que Dwayne Johnson maneja muy bien) le quita posibilidades cómicas y lo estanca mucho al timing que se logre en el guión (algo que James Gunn, director de la ya nombrada Guardianes de la Galaxia, maneja a la perfección) que en este caso es simple y carente de grandes gags. Lo que llama mucho la atención es el buen trabajo de Coleman, que con su corta edad logra mostrar varios registros, poniéndose al hombro todo lo que no puede entregar Bautista. Escenas de acción mal resueltas, mucho cringe (hay una historia de amor que es increíble -no se puede creer- por la poca química de ambos) y algunos destellos en el ida y vuelta de los diálogos, Grandes Espías es una clara película infantil que extrañamente apunta con sus chistes a un público mayor de edad, colocándola en un limbo extrañísimo de la que no sale muy bien parada. Teniendo en cuenta que otros héroes de acción lo intentaron y fallaron, no es algo de lo que Dave Bautista se deba arrepentir mucho… ¿o sí?
Trabajo combinado con amistad “Grandes espías” (My spy, 2020) es una película familiar de comedia y acción que está dirigida por Peter Segal (Como si fuera la primera vez). Co-escrita por Erich y Jon Hoeber, el filme está protagonizado por Dave Bautista (Drax en “Guardianes de la galaxia”). Completan el reparto Chloe Coleman (Skye en “Big little lies”), Kristen Schaal, Parisa Fitz-Henley, Ken Jeong, Greg Bryk, Devere Rogers, Noah Dalton Danby, entre otros. Luego de que el agente de la CIA JJ (Dave Bautista) no haya seguido las reglas en una de sus misiones, su jefe David (Ken Jeong) le indica que su próxima tarea será la de vigilar junto a su compañera Bobbi (Kristen Schaal) a Kate (Parisa Fitz-Henley), una enfermera de Chicago que tiene a una hija de nueve años llamada Sophie (Chloe Coleman). El objetivo se basa en descubrir si el malvado tío de Sophie establece relación con Kate. Con JJ y Bobbi instalados en la casa contigua, no pasará mucho tiempo hasta que Sophie se dé cuenta que alguien puso cámaras en su habitación. Chantajeando a JJ con contarle a su madre lo que está pasando, la niña presionará al agente para que le enseñe cómo convertirse en una espía. Un hombre fortachón y solitario encuentra una familia a la cual pertenecer. De eso se trata “Grandes espías”, un film que recuerda a producciones familiares realizadas en la década de los 90. No tomándose en serio a sí misma, la película tiene sus puntos fuertes en el humor, que va desde ser físico hasta referenciar a otros conocidos largometrajes, y en la actuación de Chloe Coleman como Sophie, una joven muy perspicaz que sufre bullying y ve en JJ una figura paterna necesaria para su vida. Protagonista y productor, Dave Bautista da una interpretación correcta a pesar de su falta de carisma y casi nula expresividad. Aunque desde el vamos la cinta es ultra predecible, atravesando varios clichés, se deja ver sin llegar a convertirse en un suplicio. Kristen Schaal en el rol de Bobbi, una mujer que admira demasiado la labor de JJ y desea ser su aprendiz, es el personaje secundario que más chistes hace, por lo que a varios espectadores les puede llegar a cansar. Con un desenlace a pura explosión, “Grandes espías” no aporta nada nuevo pero, consciente de lo que tiene para ofrecer, hace pasar un buen rato si se va sin pretensiones. En lo particular no creo que sea un filme para ser visto en cine, más bien tiene todo lo necesario (ligereza, diversión y acción incluidas) para ser disfrutado por televisión.
Trabajo combinado con amistad Grandes espías (My spy, 2020) es una película familiar de comedia y acción que está dirigida por Peter Segal (Como si fuera la primera vez). Co-escrita por Erich y Jon Hoeber, el film está protagonizado por Dave Bautista (Drax en Guardianes de la galaxia). Completan el reparto Chloe Coleman (Skye en Big little lies), Kristen Schaal, Parisa Fitz-Henley, Ken Jeong, Greg Bryk, Devere Rogers, Noah Dalton Danby, entre otros. Luego de que el agente de la CIA JJ (Dave Bautista) no haya seguido las reglas en una de sus misiones, su jefe David (Ken Jeong) le indica que su próxima tarea será la de vigilar junto a su compañera Bobbi (Kristen Schaal) a Kate (Parisa Fitz-Henley), una enfermera de Chicago que tiene a una hija de nueve años llamada Sophie (Chloe Coleman). El objetivo se basa en descubrir si el malvado tío de Sophie establece relación con Kate. Con JJ y Bobbi instalados en la casa contigua, no pasará mucho tiempo hasta que Sophie se de cuenta que alguien puso cámaras en su habitación. Chantajeando a JJ con contarle a su madre lo que está pasando, la niña presionará al agente para que le enseñe cómo convertirse en una espía. Un hombre fortachón y solitario encuentra una familia a la cual pertenecer. De eso se trata Grandes espías, una película que recuerda a producciones familiares realizadas en la década de los 90s. No tomándose en serio a sí misma, la trama tiene sus puntos fuertes en el humor, que va desde ser físico hasta referenciar a otros conocidos largometrajes, y en la actuación de Chloe Coleman como Sophie, una joven muy perspicaz que sufre bullying y ve en JJ una figura paterna necesaria para su vida. Protagonista y productor, Dave Bautista da una interpretación correcta a pesar de su falta de carisma y casi nula expresividad. Aunque desde el vamos la película es ultra predecible, atravesando varios clichés, se deja ver sin llegar a convertirse en un suplicio. Kristen Schaal en el rol de Bobbi, una mujer que admira demasiado la labor de JJ y desea ser su aprendiz, es el personaje secundario que más chistes hace, por lo que a varios espectadores les puede llegar a cansar. Con un desenlace a pura explosión, Grandes espías no aporta nada nuevo pero, consciente de lo que tiene para ofrecer, hace pasar un buen rato si se va sin pretensiones.
Primero fue Arnold Schwarzenegger. Su heredero fue Dwayne “La Roca” Johnson. Y más tarde, en la disputa por el trono de los deportistas anabolizados devenidos héroes de acción/comediantes, apareció Dave Bautista. El exluchador dio con el tono justo en Guardianes de la galaxia, fue creciendo secundario a secundario y ahora sobre sus bíceps carga como puede a Grandes espías, donde es un agente de la CIA duro por fuera y sensible por dentro. Esta comedia apela al juego de las parejas disparejas por partida doble, siempre con Bautista como eje. Su primera contrafigura, y lo mejor de la película, es la otra agente asignada a la misión. Él es el músculo y ella, el cerebro, la nerd, la aparata: Kristen Schaal (conocida por las series Flight of the Conchords y The Last Man on Earth) aporta la mezcla de torpeza y candor que su personaje requiere, y con sus intervenciones llegan los pasajes más simpáticos. La otra contrafigura, virtual coprotagonista, es la nena piola, Chloe Coleman (de Big Little Lies), que cumple sin abusar de los mohínes y la adorabilidad que tan irritantes vuelven a los niños actores. La criatura descubre que el musculoso y su socia están vigilándolas a su madre y a ella, y chantajea a Bautista: debe ocupar un rol paterno -su padre fue asesinado- y acompañarla en sus actividades a cambio de no ser delatado. Además de los contrapuntos entre Bautista y sus dos partenaires, la comicidad gira en torno al elefante en el bazar, con reiterados chistes que ubican al grandote en situaciones supuestamente ridículas para su tamaño (como pelearse con chicos de nueve años, patinando sobre hielo, bailando). A la trama cómica se le suman las previsibles subtramas: romántica (desde ya que la nena quiere enganchar a su madre con Bautista) y de acción (por algo esta gente trabaja en el mundo del espionaje). Un combo remanido y fabricado en serie, pero que sale ganando en la comparación con otros productos similares que llegan desde Hollywood. Es decir: podría ser peor.
Al ver el póster de "Grandes Espías", es probable que el espectador se llene de prejuicios sobre esta nueva película dirigida por Peter Segal. Posiblemente, imagine que está llena de clichés y que posee muchas similitudes con otras reconocidas producciones infantiles. Y si bien esta primera impresión no es errada, el film logra superar dichos aspectos y destacarse en otros tantos. JJ (Dave Bautista) es un ex soldado que abandonó el ejército y se convirtió en un agente de la CIA. Por su insensibilidad y rebeldía, fue descendido de categoría y solo debe ocuparse de vigilar a una niña de 9 años llamada Sophie (Chloe Coleman) y a su madre (Parisa Fitz-Henley). Sin embargo, la pequeña lo descubre y a cambio de no revelar su identidad secreta, lo convence de pasar tiempo juntos para que le enseñe a ser espía. Aunque al principio no está de acuerdo, JJ descubre que no puede decirle que no a la tierna Sophie. La comedia guionada por Jon y Erich Hoeber se desarrolla de una forma más que entretenida: durante una hora y media, el tono divertido se mantiene en cada una de las escenas consiguiendo las risas de todo el público. Con referencias a otras películas que marcaron la historia del cine, los diálogos entre Dave Bautista y Chloe Coleman se convierten en lo más destacable del film. Cabe resaltar el trabajo de la niña, que con solo 11 años, logra una interpretación completamente efectiva sobre su personaje. "Grandes Espías" es, entonces, una película recomendable para disfrutar en familia: los más chicos se divertirán con la acción de la dupla, y los más grandes disfrutarán de los chistes dedicados a ellos. ---> https://www.youtube.com/watch?v=8UNrS_UXGFY TITULO ORIGINAL: My Spy DIRECCIÓN: Peter Segal . ACTORES: Dave Bautista, Ken Jeong, Chloe Coleman. ACTORES SECUNDARIOS: Kristen Schaal, Greg Bryk. GUION: Jon Hoeber, Erich Hoeber. FOTOGRAFIA: Larry Blanford. MÚSICA: Dominic Lewis. GENERO: Comedia . ORIGEN: Estados Unidos. DURACION: 99 Minutos CALIFICACION: Apta para todo público con leyenda DISTRIBUIDORA: Diamond Films FORMATOS: 2D. ESTRENO: 12 de Marzo de 2020 ESTRENO EN USA: 23 de Agosto de 2019
Una figurita repetida. No es ningún secreto que al poner un hombre musculoso e imponente, como el ex luchador Dave Bautista, en situaciones hilarantes e incómodas que contrasten con su imagen clásica de tipo rudo, encontremos el fenómeno de la comedia. Es una fórmula que funciona ya desde hace mucho tiempo. Lo vimos con Vin Diesel en Niñera a prueba de balas, Dwayne “La Roca” Johnson en Entrenando a papá, Arnold Schwarzenegger en El regalo prometido, entre muchas otras. Grandes espías es una película sencilla, chata, donde la trama se presenta desde el minuto cero sin llamar la atención. En este caso, Bautista interpreta a JJ, un agente de la CIA que tras haber cometido un error en su última misión, se ve relegado a un operativo de vigilancia, lejos de la acción. Su tarea consiste en espiar, junto con su compañera Bobbi (Kristen Schaal) a una familia de apartamento integrada por Kate (Parisa Fitz-Hanley) y Sophie (Chloe Coleman), su hija de 9 años, ya que ambas son familiares de un potencial terrorista. Esta niña, al descubrir que está siendo espiada por agentes de la CIA, decide manipular a JJ y ambos realizan un pacto de silencio. Ella no revelará el operativo si a cambio él lleva a cabo las actividades que le proponga. Estas tareas, como ir a patinar sobre hielo, asistir a eventos de la escuela, y sobre todo, entrenarla como espía, irán sacando a JJ de su zona de confort, pero a la vez funcionará para que redescubra su lado más sensible, encariñándose con la pequeña. En síntesis, no hay conflicto más grande que ese, si bien detrás se esconde el entramado terrorista del principio, nunca nos llega a importar ya que a medida que corren los minutos, crece el desinterés y a la vez, vamos descubriendo con firmeza lo único que el film intenta proponer: hacer reír. La película deja de lado los giros argumentales, las sorpresas, el suspenso, incluso las secuencias de “espionaje” o de acción terminan siendo realmente decepcionantes. El objetivo de la película pasa a querer contar la historia de un vínculo hilarante como el de JJ y Sophie, nada más. Con una gran interpretación de Chloe Coleman (Sophie), un carismático Dave Bautista (JJ) y la siempre simpática y divertida Kristen Schaal como Bobbi, Grandes espías no busca más que entretener a cualquier familia que esté dispuesta a verla; y a decir verdad, lo consigue.
Probablemente sea uno de los estrenos más ridículos del año y posible consumo irónico. Tal vez si uno sabe esto, la puede disfrutar de esa manera: película que es buena por lo mala que es. En mi caso particular no pude conectar con ninguna ironía. No creo que los responsables del film quisieran plasmar ese tipo de entretenimiento. Ya en la primera escena salta este problema. No es lo suficientemente ridícula como para que sea parodia, ni lo suficientemente entretenida como para tomarla como una comedia de acción. La mezcla con los hits pop retro mientras los tiros vuelan en cámara lenta e imitación de la franquicia Deadpool no ayuda para nada. Peter Segal, quien ha dirigido grandes comedias tales como 50 first dates (2004) y Tommy Boy (1995), o un interesante drama tal como lo fue Grudge match (2013), no logra encontrar el tono adecuado en este film. Nada funciona. Ni la acción ni la comedia, salvo por un par de escenas que te arrancan una sonrisa, pero por lo ridículo y no por lo gracioso. Dentro de sus limitaciones actorales, Dave Bautista no queda mal parado. Es un rol a su media: tonto y torpe, en el cual se notan todos sus defectos. Pero no logra emular a Arnold Schwarzenegger en Un detective en el kínder (1990), si es que trazamos algo similar. Le falta carisma. La gran mayoría del público lo conoce por su papel Drax en Marvel, el cual hizo suyo y le queda muy bien. Pero ese tipo de comedia apunta a otra cosa y tiene más en cuenta sus limitaciones. La que está genial es la joven Chloe Coleman, a quien ya se le notaba gran talento en la serie de HBO Big little lies. Juntos tienen química, aunque no alcanza para llenar todos los problemas que posee el film. Grandes espías es un despropósito, una idea mal ejecutada que solo algunos podrán disfrutarla, pero de manera irónica.
Otro forzudo en familia La premisa de Grandes espías es bien conocida. Ya la hemos visto en títulos de considerable difusión como Un detective en el kinder , Hada por accidente y Niñera a prueba de balas . Estas películas se hicieron con el expreso propósito de suavizar el lugar de héroes de acción o rudas estrellas deportivas que identifica a sus populares protagonistas (Arnold Schwarzenegger, Dwayne Johnson, Vin Diesel) y ampliar para todos ellos el rango de su presencia cinematográfica hacia la comedia familiar. Tráiler "Grandes Espías" - Fuente: Trailers In Spanish01:26 Dave Bautista (Drax en Guardianes de la galaxia ) es el último exponente de esta saga de forzudos puestos a interactuar a la fuerza con chicos. Bautista interpreta a un agente secreto que es sorprendido en su misión encubierta por la hija de un sospechoso, que amenaza con revelar ese secreto si el hombre acepta "entrenarla" en esos menesteres. Por supuesto, la preparación se mezclará con los avatares propios de la vida de una chica de once años. Los inevitables equívocos de la situación le abren la puerta, como siempre ocurre en estos casos, a situaciones cómicas o disparatadas. Con amplísima experiencia en este terreno (de La pistola desnuda a la versión para el cine de Super agente 86 ), Peter Segal tiene aquí la virtud de sazonar todas las convenciones de este tipo de historias con bienvenidos chistes y situaciones que logran desafiar la corrección política de moda. Eso y el encanto de Chloe Coleman ( Big Little Lies ) alcanzan para el aprobado.
"Grandes espías", otro gigantón en plan infantil Lo hicieron Arnold Schwarzenegger, Vin Diesel y Dwayne "The Rock" Johnson: ahora le toca a Dave Bautista convertirse en el experto en acción que descubre su lado tierno. A Dave Bautista le llegó la hora de cumplir con una las tantas reglas no escritas de Hollywood: si un actor musculoso, con pinta de recio y asociado al cine de acción quiere suavizar su imagen, nada mejor que incursionar en una comedia familiar –tanto mejor si, además, tiene alguna subtrama policial– con una nenita encantadora como partenaire. Bien lo saben el imperturbable Vin Diesel, que allá por 2005 filmó Niñera a prueba de balas, o Dwayne “The Rock” Johnson, que a falta de una tiene dos películas de este estilo, Papá por sorpresa (2007) y Hada por accidente (2010). Incluso el mismísimo Arnold Schwarzeneggerdevino maestro de jardín de infantes para Un detective en el kínder (1990). En todas ellas el punto de partida es similar: el protagonista, casi siempre un ex o actual miembro de alguna fuerza de seguridad, debe infiltrarse en un ámbito infantil para una misión. Grandes espías es una muestra cabal de este tipo de películas, una comedia inofensiva y predecible en la que el gigantón descubre que debajo de su cuerpo voluminoso hay un ser tierno y querible. Como todas las comedias policiales, Grandes espíasarranca en medio de un operativo en un terreno peligrosísimo, permitiendo mostrar así las habilidades y el pragmatismo del héroe de turno. Al buenazo de JJ (Bautista) lo mandan ni más ni menos que a Pripyat, la ciudad abonada cercana a la central nuclear de Chernobyl, para concretar un intercambio como infiltrado con un grupo de traficantes de armas locales. La cuestión no termina del todo bien, y su jefe (Ken Jeong, el coreano limado de ¿Qué pasó ayer?) lo degrada a un puesto de vigilancia pasiva junto a su aparatosa compañera Bobbie (Kristen Schaal). La misión consiste en colocar y observar varias cámaras de seguridad en el departamento donde vive la cuñada y la sobrina de un poderoso mafioso para ver si en algún momento da señales de vida. Pero la pequeña Sophie (Chloe Coleman) descubre una de esas cámaras, abriendo las puertas a la extorsión: si JJ quiere mantener en pie la operación, debe acompañarla a una actividad escolar que estaba a punto de perderse porque, casualmente, mamá justo no podía llevarla ese día. A esa salida obligada le seguirán otras, además de una cena en la que JJ pega onda con la madre. Pero, entre caminatas con helados, charlitas cómplices y algunas prácticas relacionadas con la aplicación de los secretos del espionaje, el agente empieza a involucrarse con esa familia deshilachada, en lo que es el preludio perfecto para la aparición del mafioso. A esas alturas para JJ será una cuestión más que laboral, en tanto a las obligaciones del oficio le adiciona una motivación personal. Algo similar hace el veterano Peter Segal, alguien con probados pergaminos en el terreno de la comedia gracias a, entre otras, La pistola desnuda 33 y 1/3, Como si fuera la primera vez y Súper agente 86, un director acostumbrado a resolver a puro oficio, con timing, sentido cómico y pulso seguro, películas con guiones sin demasiado vuelo. Además, el casting es perfecto: Bautista está ajustadísimo en su rol de grandote pero de buen corazón, Coleman, de apenas once años, tiene un carisma indudable, y los personajes secundarios, con Bobbie a la cabeza, son soldados fieles a la causa.
En la línea de Un detective en el kinder, Grandes espías trae al gigantesco Dave Bautista en una comedia de acción que acierta en su desarrollo y en el tono dado a su personaje. En Grandes espías, el agente de la CIA, JJ -Bautista es el símil de Dwayne "La Roca" Johnson- es relegado de su puesto luego de ser decubierto durante una investigación en Ucrania y pasa a liderar un simple operativo de vigilancia para controlar a Kate-Parisa Fitz-Henley-, una madre soltera y a Sophie -Chloe Coleman-, su hija de nueve años. Pero todo cambia cuando JJ es -nuevamente- descubierto y chantajeado por la pequeña y él se ve obligado a entrenarla como espía. Ambos formarán parte de una misión peligrosa que involucra lucha por el plutonio, traficantes de armas y un mapa escondido que moviliza la historia. El gigante y la niña desarrollan una relación de protección -JJ tiene un pez como Jean Reno tenía un planta en El perfecto asesino- en medio de un relato que va de la acción a la comedia con facilidad- Al inicio, hay un persecución en medio de tiroteos y explosiones con el fondo musical de Laura Branigan. La propuesta es autoconsciente del nivel de guiños que maneja -nombran a Mickey Rourke en Iron Man 2 y hay un final a lo Indiana Jones- y se apoya constantemente en las escenas en las que un "duro" del cine se ve ridículo patinando en la pista de hielo ante las exigencias de la pequeña heroína para terminar con el bullying de sus compañeros de colegio. Están además los villanos de turno pero el foco está colocado en la mirada ingenua y certera que nace de la relación entre la pareja protagónica -acá es más lista la niña que el agente-. Resulta divertido además el personaje de la compàñera enamoradiza de JJ, encarnada por Kristen Schaale y la pareja de vecinos gay del edificio. Un pasatiempo eficaz que entrega lo que promete en medio de una trama con recomposición familiar, figura paternas y parejas ausentes.
JJ es un ex militar y actual agente de la CIA, pero su primera misión no sale bien; por lo cual es degradado al trabajo de vigilancia. Así es como se instala en un edificio junto a su compañera, para espiar a una vecina que puede ser potencial persona clave para desbaratar una red de terroristas. Lo que JJ no contaba era con la presencia de su pequeña vecina. Siguiendo los pasos de Un detective en el kínder, Grandes espías retoma el camino de las películas de acción y comedia, que se centran en un tipo musculoso que hace tándem con un niño mientras se involucra cada vez más en un caso que debería ver desde lejos. Y sabiendo esto, quizás sea posible disfrutar la película protagonizada por Dave Bautista. Así es, el ex WWE se le anima al ridículo en esta película. Probado está su buen timming para el humor en el MCU, así que era una apuesta bastante segura a la hora de ponerlo en dupla con una niña. Pero sorprende la buena química que tiene con la misma; aunque también es mérito de la pequeña Chloe Coleman, que pese a estar muchos minutos en pantalla, nunca chirria y hace bastante creíbles sus salidas que rozan en más de un momento lo WTF. Porque si, la película juega con el absurdo y con que el espectador sea cómplice de algunas situaciones, que, de darse en films serios, serian de esos factores que hacen que uno le termine bajando la nota final; en ese caso, Grandes espías es bastante autoconsciente, y depende bastante de nosotros para disfrutarla o no. Pero si tiene varias cosas negativas. El primero es que muchos de los gags no causan gracia. De hecho, los que funcionan son los que hacen alusión a la cultura pop contemporánea, porque los que corresponden a la propia película, no pasan de caídas, acción exagerada (ya hablaremos de esto), o personajes estereotipados llevados al extremo de lo ridículo. Y con esto nos referimos a una pareja compuesta por dos hombres que roza la vergüenza ajena por cómo están interpretados, y que atrasa veinte años. Grandes espías es una película perfecta para ir con la familia. Sin pretensiones, con chistes para los más chicos y algunos para los adultos; y una buena pareja protagonista; es de esos films que ya con el poster nos cuenta todo lo que debemos saber antes de entrar a la sala de cine. Honestidad brutal.
Poner a un grandote forzudo y de acción en situaciones ridículas parece ser siempre redituable, ya lo hicieron Arnold Schwazenegger y Dwayne Johnson. En este caso el ex fisicoculturista y artista de artes marciales Dave Bautista, como ya lo practicó en otros films como “Guardianes de la Galaxia” se pone en situación de comedia familiar que gustará a los más chicos. En este caso interpreta a un agente de la CIA venido a menos. Para probar los errores que cometió, la película comienza con acción estilo James Bond. Castigado y degradado, este hombrón con poca gestualidad y mucho músculo caerá engañado por una perspicaz niña de nueve años que no solo descubre la naturaleza de su trabajo, sino que lo extorsiona para que cubra algunos roles de “padre” y de paso practique una tímida seducción. En realidad la película nunca es de espías, casi no hay suspenso y todo se basa en una “pareja” protagónica donde se intenta, a veces con éxito y otras no, explotar el humor basado en la diferencias.
En "GRANDES ESPIAS", una niña de nueve años descubre a JJ (Dave Bautista), un rudo agente de la CIA, espiando a su familia durante una operación de vigilancia. A cambio de guardar el secreto y no ser delatado, JJ se ve obligado a enseñarle Sophie (Chloe Coleman) todo lo necesario para convertirse en espía. Fiel a su estilo, el director Peter Seagal ("Súper agente 86", "Locos de ira") nos otorga una comedia de espías que nos regala una mezcla justa entre la acción y el humor. Es una película que, si bien es básica, cumple con lo que promete y logra que salgamos de la sala con una sonrisa, es divertidísimo ver el intercambio entre JJ y Sophie y como, a lo largo de la trama, van aprendiendo el uno del otro. Entre los aspectos a destacar se encuentra su casting, que más allá de no contar con grandes nombres, cumple de sobra con sus roles, destacando principalmente a Kristeen Schaal y Devere Rogers. Otro punto positivo es su ritmo, logrando que en ningún momento lleguemos a aburrirnos y nos mantengamos expectantes a lo que va a suceder. En cuanto al guión, no esperabamos una complicada obra maestra, más bien da para desconectar el cerebro un rato para y pensar tanto en lo que está pasando, porque es posible que muchas veces carezca de lógica. Sin ir más lejos el plot del film inicia debido a que una niña de 9 años consigue rastrear una computadora de la CIA. Esto es un aspecto ligeramente negativo, llenando el guión de eventualidades y sinsentidos que permiten que la trama transcurra. Aun así esto no hace que la cinta deje de ser disfrutable. En resumen, es una película entretenida, graciosa y con corazón, pero nada más que eso. Una fórmula muchas veces vista que, sin destacar, sirve para pasar un buen rato. Ideal para ir a ver con los más chicos. Por Santiago Sturba
Cuando el agente especial de la CIA Jason Jones (Dave Bautista) es degradado a un simple trabajo de vigilancia, es descubierto por la hija de la mujer que debe monitorear, la brillante y valiente niña de nueve años, Sophie (Chloe Coleman) usa su habilidad tecnológica y astucia para encontrar el escondite secreto de JJ cerca del apartamento que comparte con su madre. A cambio de no revelar el escondite del espía, Sophie lo convence de pasar tiempo con ella y enseñarle a ser espía. Esta comedia utiliza una fórmula conocida, la del tipo rudo que tiene que lidiar con un infante. Tanto Arnold Schwarzenegger como Dwayne Johnson ya estuvieron en ese lugar y ahora le toca a Dave Bautista, famoso por su papel en la película Guardianes de la galaxia. Lo que podría ser un film rutinario e incluso insufrible sorprende por ser genuinamente gracioso y poco preocupado por la agenda de puritanismo blando del cine actual. Más parecido a las comedias de los ochenta y los noventa que al cine contemporáneo, Grandes espías hace reír y tampoco tiene problemas para desplegar un humor inteligente y provocador. Obligadamente busca algo de ternura en algún momento pero remata con un buen ejercicio de irresponsabilidad y disparate, lo que corresponde cuando uno quiere hacer una comedia.
Hay un espía y una nena y los dos trabajan juntos. Dirige el especialista en comedias un poco disparatadas Peter Segal, que no es un autor pero más o menos conoce cómo se hacen estas cosas. Bautista no tiene el carisma de “The Rock” o “Vin Diesel”, pero está aprendiendo y lo hace bastante bien. La película es absolutamente previsible pero eso es más una virtud que un defecto: sabiendo más o menos lo que va a venir, disfrutamos de la construcción de la relación entre el adulto y la chiquita. ¿Y saben qué? No está mal eso, más allá de que tengamos villanos a reglamento y escenas de acción y suspenso que todos esperamos y sabemos cómo va a terminar. Estas películas absurdas, construidas de hecho sobre lo absurdo, solo pueden ser construidas en Hollywood y son lo que sostiene, todavía, el cine popular, ese que mantiene al resto. No, imprescindible no es pero en absoluto es reprochable.