Gracias a un corto en primera persona que se virilizó llamado Bad Motherfucker y a la ayuda de sus fanáticos en crowfunding, el director, Ilya Naishuller, juntó todo su conocimiento, tecnología y su legión de dobles de riesgos para dar origen a su opera prima. ¿De qué trata Hardcore: Misión Extrema? Muy fácil, es una montaña rusa de balas, explosiones y muertes estilizadas, también en primera persona y con mucho, pero mucho Shaky Cam.
El protagonista de la película se llama Henry, un cyborg mudo que tiene un objetivo: rescatar a su esposa de las garras de un albino con poderes telequinéticos llamado Akan. ¿Parece que estoy contado la trama de Super Mario con algún toque extra?, pero es así, Hardcore tiene una historia nula, no tiene un guion estelar, ni ningún Twist final que deje al espectador impactado, es un espectáculo bizarro desde el primer momento, con personajes secundarios coloridos por doquier. Interpretados por Sharlto Copley – pongan atención al “interpretados”- los pintorescos aliados del protagonista se apoderan de cada escena y se despide literalmente con un Boom cuando deja la pantalla. Pero eso no es lo más importante en la película…
Lo que importa es la acción, y esta, se da desde el primer momento en que los créditos iniciales se hacen presentes. En Hardcore: Misión Extrema no hay respiro, es un viaje sin retorno; con una banda sonora genial que se hace presente en todo momento, desde Queen hasta The Temptations, hacen que la experiencia sea aún más intensa. Hay decapitaciones, muertes por heridas de bala, muertes por caída, gente atropellada, lo que nombren, en Hardcore lo van a tener acompañado de un ritmo desenfrenado.
Aun así, con lo que ofrece en pantalla, llega un momento en que todo se vuelve repetitivo y no genera ningún efecto, varias veces me quedé esperando ver algo más, aún en los casos más extremos, -por dar un ejemplo: en el momento que Henry tira a uno de sus ilimitados enemigos hacia una hélice y se dirige hacia otro para romperle todas las extremidades-. A pesar de ser testigo de todo esto, uno se queda con ganas de más, y el factor sorpresa, lamentablemente se pierden en los primeros 20 minutos de esta aventura. Este tipo de género puede ser realmente efectivo en un corto de 5-15 minutos, pero al estar 1 hora y media presenciando las mismas cosas una y otra vez, cansa y mucho. Hardcore: Misión extrema es original, bizarra y entretenida, pero es el claro ejemplo que a veces es mejor las pequeñas dosis que tener una y otra vez lo mismo en grandes cantidades.