Desde su estreno en la última edición del Festival de Venecia que Hasta los Huesos, de Luca Guadagnino, pisó muy fuerte: ganó el León de Plata por Mejor Dirección y su protagonista Taylor Russell obtuvo el premio Marcello Mastroianni como mejor actriz. La película, que llega a los cines el próximo jueves 1 de diciembre, también obtuvo 3 nominaciones a los premios Independent Spirit: Mejor Película, Mejor Performance Principal (Taylor Russell) y de Reparto (Mark Rylance).
Maren (Taylor Russell) es una joven que recorre Estados Unidos en busca de su madre. En el camino conoce a Lee (Timothée Chalamet), otro viajero, con quien comparte un apetito fuera de lo común -canibalismo, para ir al grano-. Ambos, fuertemente marcados por su pasado, sólo necesitan aceptarse y que, a pesar de esta particularidad, son seres humanos que quieren vivir su vida.
El film, basado en el libro de Camille DeAngelis, tiene elementos del suspenso y el terror, mezclado con una historia de amor y una pizca de película coming-of-age en el medio. Desde el principio que no es fácil de ver pero, sin embargo, el director italiano logra que el espectador vaya más allá de lo grotesco y el gore para poder apreciar el romance entre dos personas. Al fin y al cabo es la base de lo que se quiere contar.
Si hay algo que no sobra acá es elenco, empezando por Timothée Chalamet -segundo protagónico con Guadagnino después de Llámame por tu Nombre-, un actor que vive de entender la vulnerabilidad de sus personajes y, aunque no sorprende en su rol, es un lujo verlo en pantalla. Por otra parte, la mayor fuerza antagónica de la cinta se la lleva el ganador del Oscar Mark Rylance, quien aprovecha todo lo despreciable de su rol y lo exterioriza con una sutileza que da asco, en el mejor sentido de la palabra. Pero quien lleva a cuestas el mayor peso del film es la protagonista Taylor Russell, no sólo por su impresionante feedback con Chalamet sino también por su manejo emocional a lo largo de la película.
Con un poco más de dos horas de duración, Hasta los Huesos tiene un desarrollo tranquilo y se toma su tiempo; sin embargo, es en los momentos claves, que saben atrapar al espectador, cuando se manejan los mejores ritmos. También ayuda tener a Trent Reznor y a Atticus Ross a cargo de la música.
Con escenas no aptas para personas impresionables, no es un film para que lo vea cualquiera, su temática da para mucho debate -nada nuevo para un producto de Luca Guadagnino- y hay que darle tiempo para procesarla. Sorprende y deja a la audiencia al borde del asiento, como cualquier historia de suspenso… y de amor.