Al principio todo parece esquemático: Maren (Taylor Russell) es nueva en una escuela secundaria y busca integrarse a un grupo de compañeras. Las cosas marchan bien en la primera juntada con sus nuevas amigas, hasta que le arranca el dedo de un mordisco a una de ellas. Entonces Maren y su padre (André Holland) deben escapar a otro estado.
Hasta los huesos comienza como un coming of age, y nunca deja de serlo: el director es Luca Guadagnino, especialista en historias de madurez. La diferencia es que aquí la protagonista y los personajes con los que se relaciona son caníbales. Cuando el padre la abandona, no sin antes dejarle una grabación en cassette, emprende la búsqueda de su madre, a la que nunca conoció. Así el director construye la trama mediante una road movie por la América profunda. Un viaje que le permitirá a la protagonista aprender más de su naturaleza voraz y conocer a Lee (Timothée Chalamet), un muchacho que vive distanciado de su familia mientras satisface su apetito por la carne humana. Ambos terminan enamorándose, unidos por el amor y una condición que no eligieron pero con la que deben cargar. Y sobran motivos para cuidarse: en las rutas y pueblos deambulan más antropófagos, y más extraños y peligrosos. Para empezar, Sully (Mark Rylance), que colecciona mechones de sus bocados.
Siendo fiel a su costumbre, Guadagnino se centra en el punto de vista de los personajes principales y no emite juicios de valor. Permite que el espectador se involucre con ellos, descubra sus anhelos y comprenda sus comportamientos menos convencionales. El director también acierta al darle forma a una Estados Unidos con una subcultura caníbal, con sus propios códigos y características, como la capacidad de identificarse entre sí mediante el olfato a larga distancia. No menos destacable es la ambientación en los 80, aunque sin gritar la época. Canciones de Joy Division, Kiss, New Order y Duran Duran, entre otros, juegan un rol fundamental para anclar la época y ser fiel al estado de ánimo de los antihéroes. Temas musicales que, además, complementan la banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross.
La verdadera protagonista es Taylor Russell, en su primer gran papel cinematográfico. Remite a Zendaya, aunque posee talento y encanto propio. Chalamet la opaca con su sola presencia, demostrando que es uno de los jóvenes astros de la actualidad y del porvenir. Igual de sobresaliente es la labor de Mark Rylance, capaz de hacer un poco simpático a un psicótico. También aparecen Michael Stuhlbarg (completando la reunión de Llámame por tu nombre) y el cineasta David Gordon Green haciendo de dos caníbales rednecks. Hay otras apariciones especiales, como la de Jessica Harper, que venía de trabajar con Guadagnino en la remake de Suspiria (además de que protagonizó la original, a cargo de Dario Argento)
Hasta los huesos incluye sangre y ferocidad, pero su esencia pasa por un romanticismo puro y auténtico. Está representada por monstruos, aunque habla de humanidad.