Gracias a un puñado de films, Tamae Garateguy se convirtió en la directora más audaz y desprejuiciada del cine argentino. Pompeya y Mujer lobo, por ejemplo, dan muestras de una verdadera autora, que no le hace asco al sexo y la violencia más extrema. Sexo y violencia que responden en un núcleo temático: los límites que los personajes tuercen o directamente rompen, con terribles consecuencias. También se aplica a Toda la noche, codirigida con Jimena Monteoliva, y hasta en las comedias UPA y su secuela, que realizó junto a Camila Toker y Santiago Giralt. Hasta que me desates no se aparta de sus preocupaciones, aunque aquí desde otro punto de vista.
Gonzalo Quintana (Rodrigo Guirao Díaz), un cirujano atractivo y hombre de familia, recibe la visita de Clara (Martina Garello), una bailarina de rostro desfigurado a causa, según dice, de un accidente. Pronto la paciente revelará que su intención es morir en la mesa de operaciones, ya que no puede vivir más con un tormento personal que involucra la pérdida de su pequeña hija. Pero Gonzalo consigue recomponerle la cara y de a poco nacerá entre ambos una relación tan intensa como prohibida.
Aunque no se trate de un film policial o de terror o comedia o estrambótico, queda patente el sello de Garateguy a la hora de indagar en el ser humano, en las pulsiones que los llevan a romper barreras. En este caso, el drama erótico funciona como caparazón de una historia de amor surgida de la manera más inusual, donde el bondage, las salidas nocturnas y el sexo cumplen un rol importante. Gonzalo parece tener una vida perfecta, respetuosa del status quo, pero conocer a Clara despierta una parte de sí mismo que desconocía y que lo lleva a cuestionarse varios aspectos de sí mismo. En ese sentido funciona como una película de David Cronenberg, donde los cuerpos se salen de control y van tras placeres desconocidos que, a la larga, liberan a los personajes.
Otro mérito de la directora es aprovechar a Rodrigo Guirao Díaz en un rol nada habitual en su carrera; es convincente en la cama y en las escenas dramáticas. La dupla con Martina Garello es explosiva, incluso cuando ambos personajes sólo están hablando. Sin ser una belleza clásica, Garello es pura sensualidad y sexualidad, además de una estupenda actriz dramática y una presencia a tener en cuenta a partir de ahora. También se destacan Paula Carruega como la esposa de Gustavo, Nai Awada (en un papel breve pero crucial, cuasi metafórico), Jazmín Rodríguez en el rol de una dominatrix y Miguel Forza de Paul, también autor del guión.
En Hasta que me desates, Tamae Garateguy deja en claro que tiene con qué incursionar en el drama erótico -género tan bastardeado en los últimos años por 50 sombras de Grey y algunos subproductos-, y sin perder ni una gota de su esencia.