Hay desesperación por encontrar un sucesor de los fenómenos de Harry Potter y Crepúsculo. A Hollywood se le va notando de a poco esa necesidad de hallar una franquicia multimillonaria que lleve adolescentes a mansalva a las salas de cine. Dejando de lado la primera entrega de Los juegos del hambre (con segunda peli a estrenarse a fin de año), en los próximos meses llegarán Cazadores de sombras, Warm Bodies (con el ridículo titulo local de Mi novio es un zombie) y otras historias de amor juvenil regado de hormonas en ebullición y con fenómenos sobrenaturales de telón de fondo.
En Hermosas criaturas tomamos el romance de la historia de vampiros y los brujos del ex niño mago para una combinación que puede llegar a exasperar al público adulto pero que ya se ha ganado, en principio, a buena parte de la platea femenina adolescente. Aquí, a diferencia de otros relatos, el “normal” es el muchacho en cuestión: Ethan Wate acaba de perder a su madre en un accidente, sueña con ser escritor y marcharse del pequeño pueblo que lo vio nacer. Todo cambiará, de manera literal, cuando llegue a su vida Lena Duchannes, la sobrina de un misterioso hombre heredero de los padres fundadores del poblado de Gatlin. La atracción dará paso al amor, un amor que viene de generaciones pasadas y unido a una terrible maldición que ellos irán descubriendo con el paso de los días a medida que se acerca el cumpleaños dieciséis de Lena. Esa noche, cuando sume un año más a su vida, las fuerzas de la luz y de la oscuridad de debatirán por ver cual de las dos reclamará el poder de la joven. Hay un dato clave: Lena no es una adolescente más, es una Caster, una de las brujas más poderosas sobre la faz de la Tierra.
Pieza a pieza se va conformando un rompecabezas que hará que las seguidoras de la versión literaria de esta saga de amor fantástico se vean atrapadas por sus trasposiciones al cine durante algunos años. A pesar de ello, los realizadores decidieron no descansar sobre los laureles de un best-seller y depositaron su confianza en grandes actores para roles secundarios que apuntalan a la joven pareja. Por allí aparecen Jeremy Irons, Emma Thompson (villana desaforada que confirma su increíble talento aún en las películas que menos material tienen para hacerla lucir), Emmy Rossum (sensual y divertida contrafigura de la heroína) y la siempre correcta Viola Davis. Buena decisión.