Nosotros, los alienígenas
Héroes del espacio entra con facilidad por los ojos. Tiene unos de los diseños más consistentes y originales de mundos y personajes extraterrestres de los últimos tiempos, y eso ya es un placer tanto para el adulto como para el niño, que quizá se deleite con las formas coloridas e insólitas que ofrece la pantalla. Como muestra, puede detenerse el espectador en un plano de la habitación del pequeño Kip Supernova. Sobre la pared del cuarto de la casa con forma de globo, hay varias pequeñas ventanas circulares hacia al exterior, que reproducen la marca de los cráteres sobre la superficie lunar. Una panorámica al cielo estrellado, a través de un muro de gruyere.
Pero claro, hay una historia en medio de este entorno tan hábilmente animado, y es la de la familia Supernova. En el planeta Baab, un musculoso astronauta llamado Scorch Supernova es el héroe local, quien no duda en socorrer a quien lo necesita ante cualquier peligro que suceda en la galaxia, acompañado desde el cuartel central por su inteligente hermano Gary.
Pero un día esa fraternidad se rompe. Scorch acepta acudir a un SOS procedente de un peligroso planeta del que nadie volvió y Gary, enojado por esa decisión, se aparta del equipo. Poco después, será testigo televisivo, junto a su esposa Kira y a Skip, de la captura de Scorch en ese lejano sitio llamado Tierra.
Sí. La amenazante raza de alienígenas que toma prisionero a Scorch somos nosotros, los terrícolas, "la peor parte de una curva descendente que comenzó en ese planeta con los inteligentes dinosaurios", y fue degradándose hasta decantar en unos inexplicables seres "que conducen autos ruidosos y emplean el hilo dental". Así que preparados para reírse un poco de nosotros mismos.
La película incluye una buena banda sonora, con un tema sobresaliente como Shooting star, interpretado por Owl City, un grupo de Minnessota, Estados Unidos que viene de colocar su música en filmes como Ralph el Demoledor y Los Croods y que dentro de poco meterá la cuchara en Monsters University.