Separados por un color
La Mississippi de los años 60 mostraba un escenario cotidiano: lujosas mujeres blancas y serviles criadas negras. Skeeter, una inquieta periodista, quiso contar en un libro las injusticias y desigualdades que sufrían esas mujeres de color que cuidaban más de los hijos ajenos que de los propios. La historia comienza cuando la joven, quien también integra una familia acomodada, les pide a Aibileen (la brillante Viola Davis) y a su amiga Minny (Octavia Spencer) que colaboren con sus testimonios para ofrecer mayor rigor y denuncia en los textos. Claro, aunque deberán usar nombres falsos, la única manera de no caer a merced de las garras racistas. El director supo darles pincelazos de comedia a una película de transfondo dramático. Y el resultado es impecable.