Esta es una comedia que narra la historia de Bob Wilton (McGregor) un periodista que se encuentra con la historia del Ejército de la Nueva Tierra, un escuadrón del ejército de los Estados Unidos que se entrenaba en habilidades paranormales. Tiempo más tarde, en medio de una crisis existencial, se dirige a Irak para ser corresponsal de guerra, pero allí se topa con Lyn Cassady (Clooney) miembro del Ejército de la Nueva Tierra y su misión cambia cuando decide investigar más sobre ese escuadrón y sus habilidades.
Antes de sentarse a ver Hombres de Mentes hay que entender que uno no va a ver una comedia tradicional, por más que en cierto modo el reparto y el trailer hagan comprender lo contrario. Para poder realmente apreciar el film, uno tiene que entender la constante tensión que hay entre las investigaciones reales que hacen y han hecho las distintas ramas militares de los Estados Unidos y lo que muestra la película. Hay es donde está la sátira, el gancho de la película, en ese juego con el verosímil.
Si bien se ha comparado la película con varios trabajos de los Hermanos Coen (y bueno, con Clooney y Bridges en pantalla, no los culpo) la película apunta hacía otro lugar, es una suerte de viaje de búsqueda personal, mezclada con un contenido antibélico, termina estando más cerca de los trabajos de David O. Russell, como si Yo Amo Huckabees se fusionara con Tres Reyes, y a su vez incorporaran algunas cosas de Fail Safe. Esto, siendo posible, no solo por un buen trabajo de guión y dirección, sino gracias a las interpretaciones de los actores. No es noticia que Ewan McGregor, George Clooney, Jeff Bridges y Kevin Spacey saben actuar y lo hacen bien, pero sostener una comedia en un tono crítico, con un trasfondo antibélico, no es algo fácil, de hecho si bien hubo varios intentos de películas similares, solo dos películas resaltan, Peter Sellers logró hacer algo realmente memorable en Dr. Insólito y Chaplin en El Gran Dictador, y estamos hablando de palabras mayores. Estos muchachos que miran fijo a las cabras no juegan en esa liga, pero si logran meterse en el género y salir airosos.
En un año con algunas películas de renombre tocaron el tema Irak (Vivir al Límite y la pronta a ser estrenada El mensajero), el film de Grant Heslov logra encontrar identidad propia y aportar algo a un tema que sigue dando de que hablar, no solo por el conflicto en cuestión, sino por lo que significa la guerra en la actualidad, y lo que debería ser la verdadera búsqueda del crecimiento del ser humano y la civilización.