Se dice que con este film cerraría “la trilogía” impuesta por el director sobre historias de familias disfuncionales ¿Será cierto?
Argumentalmente, en una nueva comedia, seguimos la vida de David Samarás (Leonardo Sbaraglia), «el Griego», productor general del popular talk show «Hoy se arregla el mundo», donde presenta gente común y dirime conflictos de relación, de pareja, de amistad, de trabajo, de padres e hijos. El lazo más perdurable de su vida es Benito (Benjamin Otero), su hijo de 9 años, fruto de una relación ocasional (interpretada por Natalia Oreiro). La historia cambia por completo cuando se entera de que Benito no es su hijo. Entonces, la búsqueda por el verdadero papá los llevará a una encrucijada mucho más grande que la que salieron a enfrentar.
Si bien esto transcurre en los primeros minutos de la cinta, quiero aclarar lo que escribí al principio. Me refiero al patrón que optó el director de repetir para sumergirnos, como sus dos anteriores trabajos “Mamá se fue de viaje” y “Sin Hijos”, en una vorágine donde el protagonista, por una causa externa, ve que su vida se transforma hasta el punto crucial de enloquecer y buscar la salida, sea como sea.
En esta ocasión, Ariel Winograd opta por plasmar, a cargo de la fotografía por Félix Monti, un clima de tonalidades fríos, algo de colores saturados para escenarios específicos, y naturales para descomprimir la carga dramática. La música de Darío Eskenasi juega un rol clave para balancear la media justa de ambos géneros. Sorpresa de encontrar a varios actores en otras facetas aunque tuve sentimientos encontrados con la trama, de la mano de Mariano Vera. El problema no fue la premisa, que de por sí llega un momento a ser predecible, sino con el contenido de chistes y situaciones sexuales cuando hay un menor presente, sumado a temas fuertes como son la muerte, traumas infantiles y, algo novedoso en el mundo audiovisual que sería la excepción, el tratamiento del daltonismo como asunto hereditario.
Por ende, HOY SE ARREGLA EL MUNDO, de 113 minutos, funciona tanto como una película familiar como una comedia para adultos. Un difícil equilibrio de mantener, siendo un desafío hasta para el espectador intentar comprender el tinte de la misma y si cumple con sus expectativas. Producido por Patagonik, distribuido por Buena Vista International y calificado como ATP con reservas (del cual concuerdo), recomiendo verlo bajo tu propia responsabilidad.