Retirada de la actuación, regresa Asia Argento como realizadora en Incomprendida.
El cine de Asia Argento tiene poco más que el apellido, en comparación con el de su padre, considerado uno de los maestros del cine de terror italiano, Dario. Si bien en la poca información que tenemos de su vida privada (que siempre intentó mantener entre cuatro paredes) se pueden percibir cosas extrañas, como el hecho de que siempre salga desnuda en las películas que dirige su padre, o que haya tenido una hermana anoréxica que falleció tras un suicidio, es en sus propias películas donde mejor se la puede conocer.
Mientras en su ópera prima Scarlet Diva interpretaba a una actriz italiana que quería hacer su propia película pero se encontraba continuamente con rechazos y humillaciones (porque “ser actriz en Italia es como ser una puta”), en The heart is deceitful above all things trasladaba a la pantalla grande el polémico libro de J. T. Leroy, la historia (en un principio supuestamente verídica) de un niño continuamente maltratado y abusado. Incomprendida es una conjunción de ambas, pero sin duda un producto mejor logrado y más prolijo a nivel técnico y a nivel guión.
Aria es una niña de 9 años, que tiene dos hermanas y a unos padres famosos que se separan no mucho después de empezar la película. Asia ya no quiere ser actriz (aunque aquí tiene un cameo apenas perceptible) y es quizás por eso que el papel de la madre recae en alguien más, en este caso, Charlotte Gainsbourg, con un look muy sesentoso que sólo confirma que es la hija de Jane Birkin.
Cuando se da la separación, cada hermana se queda con un padre y ella queda en el medio, vagando de un lado para el otro. Ni siquiera su mejor amiga, aquella a quien consideraba su alma gemela, le es incondicional. Sólo encuentra este tipo de cariño en un gato que decide quedarse y con quien comenzará a trasladarse junto a sus valijas cada vez que la echan de uno de sus supuestos hogares.
El relato toma por momentos un tono tierno, pero nunca deja de lado cierta amargura. Y es que ese tono que la hace un poco más agradable radica en el hecho de que Incomprendida siempre tome el punto de vista de su protagonista, un punto de vista infantil e inocente.
Un retrato sobre la familia, sobre la niñez y el paso previo a la inocencia perdida, una película bella y dura, por momentos muy italiana, pero más accesible que sus trabajos anteriores e incluso menos pretensioso, más honesta.
Sin dudas, Incomprendida tiene mucho de autobiográfico y deja en evidencia que el mundo para su realizadora es un lugar oscuro y perro, especialmente para los niños y las mujeres. Y como dice su protagonista, quizás con esta película no quiere hacerse la víctima, sino que la conozcamos un poco mejor para que entonces seamos un poco más amables con ella.