Nacido para sufrir
Este filme está basado en la vida de Louis Zamperini, un hombre con un gran espíritu, que atravesó toda clase de sufrimientos, y que como muestra la película, por momentos parecen demasiados para una sola persona.
Louis Zamperini (Jack 0´Connell) era hijo de inmigrantes italianos, a su familia no le resultó fácil adaptarse a su nueva tierra, y el pequeño Louis le daba mucho trabajo a sus padres, siempre metiéndose en problemas. Hasta que su hermano mayor, para encaminarlo, decide ingresarlo en el equipo de carreras del colegio. A partir de allí el antes revoltoso joven, conoce la disciplina y el esfuerzo, y es tan bueno corriendo que participa en las Olimpíadas de 1936.
Con la llegada de la segunda guerra mundial, el entonces atleta olímpico se ve convertido en soldado, y es allí donde comienzan todos sus suplicios.
Siempre de buen humor, y tratando de ver el lado positivo de las cosas, Louis se convierte en un eficiente soldado, hasta que en una complicada misión su bombardero cae al pacífico, y él junto a otros dos sobrevivientes quedan flotando a la deriva en el océano durante más de treinta días. Como si eso fuera poco, son "rescatados" por un barco japonés, y es llevado de un campo de prisioneros a otro, hasta el fin de la guerra; así fue como durante más de un año fue sometido a torturas y humillaciones varias que soportó con estoicismo y fe, y un inquebrantable espíritu.
La primera escena de la película es realmente atrapante cuando vemos un bombardeo filmado desde adentro del avión, y todas las complicadas tareas que llevan a cabo sus tripulantes. Lo que al comienzo parece una interesante película de guerra, se transforma pronto y a traves de flashbacks en la historia personal de uno de los tripulantes, y como durante su vida a logrado forjar ese temple fuerte que luego lo ayudó a sobrevivir.
Técnicamente la película es impecable, se puede hallar un estilo Eastwood al ver la prolijidad con la que está filmada, pero como le sucede a muchas historias visualmente grandiosas, la película carece de alma, o de un sello propio que la haga diferente a otras de su mismo género.
Los paisajes, las complicadas tomas, y una extraordinaria reproducción de época, no evitan que la historia de más de dos horas de duración resulte densa, larga, y por momentos un tanto redundante, como si nos mostrara todo fotográficamente, sin tener ningún mensaje más profundo. La historia vale la pena por la belleza de sus imágenes, incluso hasta algunas imágenes llenas de crueldad son estéticamente admirables.
Jack O´Connell construye una buena interpretación, al igual que el resto del elenco, sin que nadie brille demasiado y atravesando unos cuantos clichés en sus actuaciones.
El texto al final de la historia nos aclara que el protagonista eligió el perdón para superar el dolor vivido esos años, y que pese a todo siguió adelante y eligió servir a Dios. A pesar de tantas escenas tortuosas y detalladamente filmadas, fue necesaria esa aclaración, porque no pudimos ver nada, más allá de las imágenes.