Con cuarenta años de trayectoria, Eduardo Stupía se convirtió en una de las principales figuras del dibujo y las artes plásticas de Argentina. La cámara de Miguel Baratta recorre su lugar de trabajo, atenta a los detalles, como intentando develar aquello que puede haber detrás de esas líneas en apariencia inaccesibles, y descubriendo la inspiración de un artesano. Stupía abre las puertas de su estudio y expone sus palabras con una templanza acogedora, que contrasta con la imponente energía que exhiben sus obras.