Invasión Zombie: ¡muertos bien vivos!
El género zombie continúa su expansión como la misma peste que representa y por eso llega a la Argentina una producción coreana que le ha encontrado una nueva vuelta de tuerca.
Hay películas de zombis de todo tipo y color: a las clásicas norteamericanas, también se le suman los británicos, los dinamarqueses y ahora también los orientales que tienen su propia impronta.
Y es que, aunque no lo parezca, el cine de terror surcoreano tiene lo suyo y hace ya diez años que hizo pie en el país con la recordada El Huésped y desde entonces, una sucesión de muy buenas obras han llegado, filtradas por las distribuidoras locales, a las pantallas argentas.
En esta ocasión, la obra en cuestión es esta Invasión Zombie (o Tren a Busan) que llega al país con cierto retraso y muy buenas recomendaciones de los fanáticos a nivel global como las que recibió en Cannes y en el festival de Sietges, en la que se exhibió con un éxito arrasador.
Obviamente los fanáticos van a querer saber qué tienen de original estos muertos vivos, y que justifiquen el alto costo de las entradas de cine. Lo cierto es que, siguiendo los parámetros de otras películas del género y del mismo continente como El Grito (The Grudge), los infectados no demoran mucho en revivir tras una agónica muerte y luego lo hacen con un movimiento que contorsiona su anatomía de una manera que los hace terroríficos.
Además, la velocidad con la que se mueven estos "no tan muertitos" (y que hace recordar en ocasiones a clásicos como "Exterminio" o "Guerra Mundial Z"), una horda puede devorar a un contingente de desprevenidos pasajeros de tren en cuestión de minutos, y eso es precisamente lo que ocurre con un desprevenido empresario que ha decidido llevar a su hija con su madre y se encuentra en medio del trayecto cuando estalla una epidemia zombi a lo largo y ancho de su nación.
Claro que, el hombre no está solo y por eso, a pocos minutos de comenzada la acción, ya logra juntar a un grupo de personas delo más disímil pero al que la seriedad de la situación obliga a actuar coordinadamente para evitar ser canibalizados.
El director Yeon Sang-Ho, que viene del ámbito de la animación, demuestra todo lo que aprendió en ese género con actores de carne y hueso en un ejercicio cinematográfico constante y frenético, que no da respiro durante dos horas de película.
La cámara se mueve de todas las maneras posibles dentro de los vagones del tren KTX que debe atravesar 450 kilómetros de territorio y el realizador logra colocar a los protagonistas en varias situaciones de riesgo de las él logra salir bien parado merced a un manejo sensato del suspenso y desenfrenado de la acción. Los protagonistas, muy bien elegidos, inspiran en el espectador emociones de todo tipo, al punto de desear que sobrevivan o se los coman los zombis contorsionistas.
Invasión Zombi se convierte en una muy buena opción para este fin de semana (y los que vienen) por supuesto, pero por sobre todo en un gran exponente que demuestra que el cine asiático tiene una potencia que todavía no ha terminado de madurar pero que si así lo desea puede destronar al desgastado Hollywood de las remakes y los superhéroes en un abrir y cerrar de ojos.