La nueva película de Pablo Giorgelli, escrita junto a María Laura Gargarella, Invisible, es un retrato intimista sobre una adolescente que queda embarazada mientras deambula viendo qué y cómo hacer con eso que no estaba planeado.
El aborto es un tema que últimamente parece más actual que nunca y, sin embargo, siempre estuvo vigente, aunque escondido, aunque de eso no se hablara. Invisible llega a las carteleras justo cuando se abre el debate en el Congreso, pero todavía en el marco de la ilegalidad.
Ely es una adolescente que transita el último año de secundaria al mismo tiempo que trabaja como ayudante en una veterinaria y mantiene una relación esporádica con el hijo del dueño, un hombre casado. En su casa, su madre transita una depresión que la mantiene encerrada, sin hacer nada, sin poder salir a trabajar y ni siquiera dar una vuelta. Y además Ely queda embarazada.
La primera decisión que toma, o considera tomar, es la de no tenerlo. Pero cuando se va a hacer los estudios pertinentes se encuentra con que nadie va a ayudarla ahí si es esa la decisión que quiere tomar. En nuestro país, el aborto es ilegal, lo máximo que pueden hacer es brindarle ayuda psicológica (o sea convencerte o hacerte creer que te convencen de querer tenerlo).
Ely es una adolescente y es además el único sostén de una familia en la cual no encuentra ni el apoyo ni el cariño que necesita. Es una joven independiente y, generalmente, es como si viviera sola.
La única que sabe, en principio, es su mejor amiga junto con la cual investigarán para poder realizarse el aborto con pastillas, el más accesible para ella que está sola. Pero la información es como toda información virtual, no verificada, a veces incompleta. Una operación en un lugar seguro puede llegar a salir un sueldo o más. Entonces estamos ante una película que expone los problemas que conlleva casi siempre para una mujer decidir qué hacer con su cuerpo: no puede tenerlo (porque es adolescente, porque no tiene un buen sustento económico, porque no tiene una pareja estable) y al mismo tiempo no puede abortarlo (es ilegal, es difícil conseguirlo, es caro).
Más allá de este contexto social, Invisible no tiene al aborto como tema central de la película, sino que la idea es centrarse en esta adolescente, introspectiva, callada, ante una situación límite como es en la que se encuentra. Nadie parece notar que ella tiene un problema hasta que lo pone explícitamente en palabras, primero a su amiga, más adelante a la otra mitad responsable de ese embarazo.
El director de Las Acacias sigue acá a su protagonista tomando siempre cierta distancia, como una especie de testigo silencioso. En esa rutina que va desde las clases en la escuela donde mostrará cada vez un menor interés, en el trabajo, en la casa intentando que su madre salga, se mueva, haga algo, o con su amiga, desde una tarde navegando sitios sobre el aborto hasta una noche de boliche en la cual cada una se va, siempre estando de acuerdo la una con la otra, por diferentes sendas. Mora Arenillas es la actriz encargada de dar vida a esta Ely, en una interpretación sutil e intensa que junto a algunas expresiones y facciones recuerda quizás a Ailín Salas.