Después de haber alcanzado el récord de taquilla para una película de terror con una recaudación mundial de más de 700 millones de dólares, el director Andy Muschietti contó con un presupuesto mayor a aquellos 35 millones que costó la primera parte. Las sumas se fueron en los espectaculares efectos visuales, en el rejuvenecimiento de todo el cast adolescente para que no se noten los dos años de diferencia entre ambos rodajes y en los sueldos de las tres estrellas que encabezan el reparto adulto de esta secuela: Jessica Chastain, James McAvoy y Bill Hader. El resultado son casi tres horas de puro sobresalto, pánico psicológico y de Bill Skarsgård metiéndose en nuestro inconsciente para futuras pesadillas.