Escatología y autoflagelación
Todos aquellos que conozcan el abnegado derrotero de los muchachos de Jackass sabrán exactamente qué esperar de esta tercera entrada fílmica, para el resto de los mortales aquí va una pequeña aclaración: estamos hablando de una troupe de estadounidenses enajenados que se especializa en pruebas de alto riesgo físico, barbaridades relacionadas con los fluidos corporales y cámaras ocultas de variada índole. Con gran fanfarria estos gladiadores del circo de la estupidez han establecido a lo largo de tres gloriosas temporadas una propuesta extrema que deja afuera a las mujeres en particular y a los débiles de estómago en general.
Si consideramos que el programa original se emitió por MTV entre el 2000 y el 2002, resulta más que significativo el rotundo éxito de esta suerte de reality show que explota la obsesión actual con el despropósito, la rivalidad hueca y las “proezas” más ridículas. Sin embargo cabe señalar que la “imaginación” de esos primeros años de Johnny Knoxville, Spike Jonze y compañía fue tan cruda -ajena por completo a los manierismos o las poses mainstream del momento- que era casi imposible no quedar atrapado en las redes de semejante revoltijo de peligro, angustia, golpes, mierda, vómito y demás ingredientes.
Ahora bien, la saga cinematográfica comenzó como la despedida que el ciclo televisivo nunca tuvo: las impensadas ganancias que trajo en taquilla Jackass: The Movie (2002) derivaron en una continuación intitulada Jackass Number Two (2006), dos realizaciones que mantuvieron un nivel bastante digno aunque a fin de cuentas no llegaron a igualar la frescura y terquedad de los sketches primigenios. Sin lugar a dudas Jackass 3D (2010) es la menos espontánea y creativa de todas en su afán explícito de “refritar” escenas del pasado y volcarse más hacia la escatología exacerbada, reduciendo el número total de contusiones.
Más allá de un par de situaciones un tanto forzadas y la falta de novedades sustanciales, la tecnología 3D ha sido aprovechada a través de hilarantes secuencias en cámara lenta y la enorme mayoría del “elenco estable” vuelve a decir presente (Chris Pontius, Steve-O, Ryan Dunn, Bam Margera, Jason “Wee Man” Acuña, Dave England, Ehren McGhehey, Preston Lacy y por supuesto el inefable Knoxville). Jeff Tremaine, cocreador y director histórico de la franquicia, recupera algo del encanto, tan fecalofílico como autoflagelante, de ver a un pobre chiflado volar por los aires dentro de un baño químico atiborrado de excremento...