Peter Jackson se vuelca al documental para contar una historia personal y cercana: la de su abuelo y todos los soldados que lucharon en la Primera Guerra Mundial.
Después de una carrera dedicada a la ficción, con películas de bajo presupuesto y superproducciones que le permitieron realizar sagas completas, Peter Jackson dirige un documental, el primero en su carrera, que se siente mucho más personal. Su abuelo luchó en la Primera Guerra Mundial y, como él, fueron miles los muchachos que se alistaron como soldados y se encontraron con un mundo totalmente nuevo para ellos. Para eso, Jackson recopila muchas imágenes de archivo y el hilo conductor son las voces en off de muchos de los hombres que pasaron por esta experiencia.
No hay una voz que predomine, no hay una persona que tome protagonismo. Las voces son muchas, no sabemos los nombres, pero juntas van relatando la historia desde adentro, desde sus propios ojos y experiencia. Fragmentos de relatos ordenados que van desde que deciden alistarse, sin saber realmente qué les espera, hasta la vida como soldado y después en el campo de batalla. Es un relato colectivo, sin intención de identificar identidades individuales. Tampoco hay precisiones con fechas y lugares. Son muchas historias y al mismo tiempo son una sola.
Cuando nos trasladamos a las trincheras, Jackson transforma esas imágenes de archivo coloreándolas. Si bien así logra diferenciarlas del resto de la trama, le agrega color a la parte más oscura y terrible -y no para darle protagonismo solamente a la sangre, lo cual uno podría presuponer- y no deja de sentirse artificial y raro. Casi que esa colorización podría no estar y la película seguiría funcionando de manera valiosa. Sí funcionan mejor los agregados de sonido, con efectos y voces sobre esas imágenes. Es evidente que a Jackson le interesa cierta dramatización y experimentación propia de quien disfruta de contar historias a través del cine. Acá manipula material preexistente para lograr algo novedoso, para intentar trasladarnos a nosotros a esas trincheras.
“De todos modos, lo más valioso del documental quizás radique en esos archivos de entrevistas que dejan en evidencia las historias de muchachos jóvenes, que todavía no sabían mucho de la vida y van madurando a los golpes. Jackson aprovecha todo ese material que tiene y, con un muy buen trabajo de montaje, nos entrega este interesante y conmovedor documental”.