Cuando El Juego del Miedo (Saw) se estrenó en el Festival de Sundance de 2004, nadie podía imaginar que comenzaba algo grande. Para empezar, costó un millón de dólares y recaudó 20, inauguró el término -y subgénero- Porno Tortura y catapultó la carrera de su director, James Wan. Pero su legado más duradero son las secuelas, que la convirtieron en una saga de terror equiparable a las de Halloween, Martes 13 y Pesadilla en lo Profundo de la Noche. En cada película, John Kramer (Tobin Bell), alias Jigsaw, coordinaba trampas mortales para un determinado grupo de personas con diferentes tormentos y prontuarios, a fin de que aprendan a valorar la vida. El juego del miedo 3D: El capítulo final (Saw 3D, 2010) parecía ser el cierre la franquicia, ya que la fórmula había caído en la repetición. Sin embargo, hoy tenemos Jigsaw: El Juego Continúa (Jigsaw, 2017)
La premisa es siempre la misma: varias personas quedan sometidas a pruebas que incluyen cortes, mutilaciones, sufrimiento en general y hasta la muerte. En paralelo se nos muestra la investigación de los detectives de turno, quienes creen haber dado con un imitador de Jigsaw, alguien posiblemente cercano a ellos…
Aunque el título y el demorado regreso a las pantallas habían prometido una vuelta de tuerca al concepto original, el mecanismo es el mismo de siempre: individuos de moral cuestionable, gore, muertes elaboradas, gore, intrigas policiales, gore, trampas físicas, gore, trampas narrativas, gore… y el inquietante muñeco que se volvió un ícono del miedo cinematográfico actual. Todo esto, sin la frescura necesaria como para revitalizar esta serie de films.
En esta oportunidad, la dirección corre por cuenta de los gemelos australianos Michael y Peter Spierig, dos interesantes nombres del género fantástico y de terror gracias a la epopeya zombie Undead (2003), la distopía con chupasangres Daybreakers: Vampiros del Día (Daybreakers, 2009) y el thriller de ciencia ficción Predestination (2014). Aunque mantienen la temática de los personajes bajo presión en un contexto hostil, Aquí quedan demasiado atados al “modelo Saw”, que incluye guiños a las secuelas anteriores y, como corresponde, los elementos necesarios para hacer más films.
Jigsaw: El Juego Continúa podría haber sido la oportunidad para llevar este universo en una dirección menos esquemática y más sorprendente, conservando su esencia, pero se conforma con ser más de lo mismo. Tal vez el momento de innovar llegue en algún momento, para que la saga vuelva a genera interés.