La nueva película del neozelandés Taika Waititi es una sátira amorosa que gira en torno a la curiosa premisa de un niño nazi que tiene como amigo imaginario a Hitler.
Jojo es un niño que vive solo con su madre después de que su padre se fuese a pelear y no regresara. Su mayor interés es convertirse en el asesor personal de Hitler, a quien admira profundamente. Y así como hay muchos niños inseguros que por lo tanto se crean amigos imaginarios… el de Jojo es el mismísimo Hitler. En su imaginación, él le habla y lo anima a convertirse en quien cree que quiere ser. “Hoy es el día en que te convertís en hombre”, se dice.
La primera parte de Jojo Rabbit es, sin dudas, la más rica y divertida, desde la secuencia musicalizada por I wanna hold your hand en alemán. Por una parte tenemos una especie de campamento de scouts nazi donde se presentan varios personajes y que, inevitablemente, rememora bastante a Moonrise Kingdom de Wes Anderson. Por el otro, el verdadero quiebre de la historia y que se da en su casa, cuando descubra a una niña judía un poco mayor que él a quien su madre tiene escondida. Y como era de imaginar para Jojo no puede haber nada peor que un judío. El retrato sobre el odio y la propaganda nazi es bien exagerado y absurdo.
El principal obstáculo que enfrenta Waititi con esta historia, que está basada en una novela de Christine Leunens, es que se mete con una época histórica tan cargada de muertes irracionales que no es fácil tomársela en chiste. Eso parecería pasarle al director: empieza de una manera divertida y apostando a un tono irreverente que cuando la trama se torna demasiado dramática no puede evitar abandonar. Es que, de a poco, Jojo descubre que aquello que él seguía orgullosamente es muy distinto de lo que pensaba y, en algún momento, la verdadera cara de esta guerra golpeará su puerta.
Taika Waititi, además, interpreta a este Hitler imaginario pero lo hace de un modo al que nos tiene acostumbrado y es difícil dejar de ver a Taika Waititi disfrazado de Hitler. No obstante, el niño Roman Griffin Davis se convierte en el corazón de la película aunque Archie Yates, como su amigo Yorkie, es quien se roba mayores risas. De los actores de reparto resaltan Scarlett Johansson y Sam Rockwell.
Jojo Rabbit prometía una sátira arriesgada y divertida pero se queda en una agradable comedia dramática. El director de la brillante Casa vampiro se acerca un poco más a la inédita Hunt for the Wilder People, al poner en el centro a un niño que se enfrenta a una dura realidad, sin embargo acá tiene un contexto tremendo y lo hace de un modo endulzado y tierno.