Tras su trabajo juntos en “El Lado Luminoso de la Vida” (2012) y “Escándalo Americano” (2013), Jennifer Lawrence, Bradley Cooper y Robert De Niro vuelven a reunirse con el director David O. Russell en esta producción basada libremente en la verdadera historia de Joy Mangano, la emprendedora que durante la década del ’90 inventó la mopa (el trapeador para pisos) y se convirtió en millonaria.
Pero para llegar al éxito del Miracle Mop, Joy tuvo que lucharla. Se plantó frente a todos como una gran empresaria. El film, que balancea muy bien el drama, con los momentos emotivos y de comedia, desarrolla la historia de una familia disfuncional a través de cuatro generaciones centradas en la niña que se convierte en una mujer, que funda una dinastía empresarial y se convierte en una matriarca por derecho propio.
El argumento tiene momentos narrados en voz en off de la abuela de Joy, Mimi (Diane Ladd) que nos anticipan los momentos clave que el espectador verá sobre la vida de esta joven oriunda de Long Island, Nueva York, que siempre ha postergado su sueño de ser una mujer independiente y el de desarrollarse profesionalmente.
Por esas las cosas de la vida se conformó con ser una ama de casa que, siendo madre de dos hijos, debe convivir tiempo completo con su ex marido (Edgar Ramírez), sus padres divorciados (Robert De Niro y Virginia Madsen), quienes no siempre la apoyan, y la abuela mencionada al comienzo de este párrafo. A todos, prácticamente los cuida y se hace cargo ella.
Pero, de casualidad, llega el momento en que la protagonista aprovecha la oportunidad que le servirá para explotar su talento como inventora (desde niña lo ha demostrado); y de simplificarle la tarea a aquella ama de casa que se rompe las manos escurriendo el trapeador, con una pieza que lo haga por sí sola.
Joy es interpretada a la perfección por la talentosa Jennifer Lawrence (quien acaba de ganar un Globo de Oro y ser nominada por cuarta vez al Oscar por este papel), mientras que Bradley Cooper le da vida a un ejecutivo de la compañía de televentas que compra el dispositivo inventado por su personaje, que también debe enfrentar problemas con dinero para la inversión, patentamiento, etc.
Si hay algo que nos deja claro esta “Joy: El Nombre del Éxito” es que cuando tenemos pasión y convicción en lograr algo en la vida, las cosas se dan. Siempre hay que pensar en positivo y no bajar los brazos. Una historia de superación personal en pos de conseguir el sueño americano.