La sombra de la leyenda
Juan Domingo Perón y Eva Duarte fueron de las figuras más carismáticas del siglo XX en la República Argentina y el cine en general se encargó de retratarlos en distintas oportunidades, aunque se percató más que nada en plasmarla a ella, como en los films Evita de Alan Parker o Eva Perón de Juan Carlos Desanzo.
Juan y Eva de Paula de Luque se centra mas que nada en la historia de amor entre ambos en un relato que abarca desde que se conocen en 1944 hasta que él asume la presidencia en 1946, en el marco de un contexto político y social de los acontecimientos que abatieron la respectiva época.
El mayor inconveniente de la obra es que resulta muy intrascendente, intenta ser un film peronista, pero nunca se atreve a ir más allá de los simples hechos que retrata, nunca profundiza ni polemiza el entorno político ni a los propios protagonistas en sí, los cuales lucen sumamente apagados, especialmente el de Eva.
Pareciese que Juan y Eva carece de una ideología propia siendo demasiado políticamente correcta, puesto que relata hechos sumamente destacados en la historia argentina y a personajes extremadamente polémicos, pero nunca se anima del todo a tomar una posición a favor ni en contra por ninguno de los dos.
Pero a diferencia de las películas anteriormente nombradas, de Luque se centra en el personaje de Perón y quizás la correcta actuación de Osmar Núñez sea lo más destacado del film. El problema esta del lado de Eva, que es interpretada erróneamente por Julieta Díaz, la cual nunca sostiene el personaje que le tocó interpretar, aunque todo esto deriva de lo dejada de lado que está ella en la historia, ya que nunca se la presenta con esa impronta mística que la caracterizó, sino que resulta un tanto timorata y desenfocada.
Narrativamente el film también resulta muy flojo, estando preponderado por una extrema linealidad que hace que la sucesión de los hechos sea un tanto densa; en tanto que visualmente la película, que es mayormente en color, intercala imágenes con escenas en blanco y negro, las cuales no aportan nada a la acción dramática y carecen de sentido en su configuración, sólo se puede entender su incursión en tanto a una continuidad con las imágenes de archivo de la época, aunque el traspaso termina resultando innecesario.
Con Juan y Eva, se entiende que de Luque intenta realizar un film políticamente correcto, lo que conlleva una obra muy austera que por su falta de riegos termina siendo intrascendente y muy pobre en sus contenidos, ya que la historia de Perón y Duarte no solo demanda una lejana visión de una historia romántica que tanto narrativa como visualmente aparenta ser una serie televisiva, y que por lo tanto desemboca en un traspié en la carrera de la realizadora tras una interesante película como había sido El Vestido.