Con su nuevo director Colin Trevorrow, con apenas una película independiente en su curriculum pero elegido por el mismo Spielberg para que se encargara de el regreso de los dinosaurios que se venia proyectado desde el 2004.
La Isla Nublar vuelve a la vida 22 años después del fracasó trágico de Jurassic Park. Ahora el parque se llama Jurassic World y es un complejo donde miles de turistas van a pasar sus vacaciones con atracciones alucinantes, como por ejemplo un show así como el de Mundo Marino donde un Mosasaurus es la atracción principal y se devoraba un tiburón tigre. El parque jurásico se convirtió en una especie de Disney World de dinosaurios.
Simon Masrani (Irrfan Khan) es el nuevo dueño de este extravagante lugar, luego de la muerte de Jonh Hammond retomó los sueños que tenia este al querer crear el parque. Claire Dearing (Bryce Dallas Howard) es la encargada de que todo funcione bien, de conseguir patrocinadores y crear nuevas atracciones para renovar la propuesta al publico constantemente. Por eso es que surge una nueva especie de dinosaurio creado por sus científicos, dirigidos por el Dr. Henry Wu quien ya participaba en los experimentos de Jurassic Park.
El resultado de esto es Indominus Rex, un dinosaurio híbrido con mezcla de ADN de varias razas lo que lo hace algo inmenso y totalmente temible, que Claire ve como una propuesta exquisita para el público.
Para dominar a este dino quieren recurrir a un ex militar y entrenador de velociraptors, Owen Grady (Chris Pratt) quien desde un primer momento se muestra disconforme de la manera que trataron al animal desde su creación. El advierte que las medidas que toman con el no lo frenarán pero nadie lo toma demasiado en serio, solo están interesados en el lanzamiento de la atracción.
El parque cuenta con miles de turistas, funcionando perfectamente, con los sobrinos de Claire, Zach y Gray incluidos en sus visitantes, disfrutando de todas las atracciones. Pero los problemas surgen, porque como sabemos desde antes, nunca es buena idea trabajar con dinosaurios. Tal como lo predijo Owen, Indominus Rex logra escapar de su cautiverio y comienza el terror.
La alerta corre por todo el parque tomando medidas para resguardar a la gente, con cautela para que no conozcan la verdadera razón del peligro, porque claro el parque cerraría sus puertas una vez más.
Con el problema finalmente planteado, Claire y Owen (junto a sus 4 velociraptors) se unen para frenar a la bestia y principalmente salvar a sus sobrinos perdidos en el parque. Vic Hoskins (Vincent D´Onofrio), el verdadero “villano” con poca fuerza que tiene la peli entra en acción en este momento, tratando con su seguridad privada iGen detener al híbrido con una segunda intención en su hazaña.
Si bien el film es una aventura que deja satisfechos a muchos, le es imposible llegar al nivel que logro Spielberg en sus dos primeras entregas. Mucho mas de lo mismo en escenas de acción y peleas, poco probable que alguna permanezca en el recuerdo.
Con pequeñas menciones a las primeras películas, como una escena de los sobrinos de Claire en un viejo taller del parque o uno de sus empleados que refleja el espíritu de un niño de los 80/90? con su remera estampada con el antiguo logo del parque y sus figuras de dinos en su escritorio, fiel a lo que soñó Hammond.
Pero es una excelente cuarta entrega, con efectos especiales que van a seguir dando de que hablar, con una participación de Chris Pratt que por mas Indiana Jones que nos parezca no deja de ser impecable. Una nueva propuesta para el reinicio de esta saga, que vino acompaña con la música de Michael Giacchino con parte de la composición original que en la primera toma panorámica del parque como en la ultima te vuela la cabeza con su melodía.
Jurassic World nos trajo de vuelta ese mundo en donde los dinosaurios son una buena idea junto a sus paisajes paradisiacos y te gustaría que por un momento fuera todo tan real como se ve.