El joven actor Craig Roberts, mejor conocido por su papel en la película Submarine (2010), ha dirigido y escrito su primer film. En Just Jim Roberts encarna a Jim, un adolescente solitario, extraño y con problemas para entablar relaciones con sus pares. Él lo único que desea es ser popular, ser querido y conseguir una chica, pero su excentricidad y timidez convierten a esta tarea en una imposible.
Todo comenzará a cambiar cuando aparezca el personaje de Emile Hirsch, llamado Dean (es inevitable no verlo y recordar al icónico actor James Dean). Hirsch irradia seguridad, sexualidad y parece ser un experto en actuar como si todo le importase un bledo. Dean es todo lo que Jim no es pero muere por ser. Ambos entablarán una relación de mentor y discípulo con un único objetivo: hacer de Jim una persona “cool”.
En su debut como director, Roberts decidió filmar su historia en la localidad donde nació. La pequeña ciudad -ubicada en Gales- es un personaje por sí mismo que genera constantemente sentimientos de asfixia y soledad, recordando la frase “pueblo pequeño, infierno grande”. También se destaca su manera de retratar a las personas de ese pueblo con sus rarezas, sus aspectos patéticos y sus vidas monótonas.
Just Jim es dos películas al mismo tiempo y tal vez es esta mezcla que, a pesar de ser original, no ayuda a la obra en sí. La primera parte parece seguir el mismo estilo de las películas inglesas, con ese humor característico, los personajes excéntricos y la amargura de los pequeños pueblos. Pero de manera inesperada y casi brusca, el tono del film cambia totalmente y empieza a transformarse en una oda a Hitchcock y a las películas de suspenso.
Un gran punto a favor es la química entre los protagonistas. Las mejores escenas vienen de la mano de los encuentros que se producen entre los personajes de Roberts y Hirsch. De manera natural ambos interactúan, se desafían, se siguen y juegan en la pantalla grande. Cabe destacar la actuación de Hirsch como ese moderno James Dean, el chico malo y con onda que genera admiración y miedo al mismo tiempo.
A pesar de que el film decae bastante en su segunda mitad y esa mezcla de estilos termina jugándole en contra, Just Jim es un inicio prometedor para Roberts como director y guionista. Queda claro que no teme experimentar ni tomar de directores como David Lynch cuestiones referidas al tono y a la mirada acerca de los pueblos pequeños, jugando con sus propias reglas y creando algo propio. Resta ver cuál será su próximo proyecto.