Una de las mejores cosas que tuvo la colaboración Millar/Vaughn en Kick Ass es el carácter subversivo del acercamiento al material de origen, algo que repiten en Kingsman The Secret Service. El guiño constante a los films de Bond y a una era donde las películas de espías estaban más interesadas en divertir que en mostrar en cara seria y realista. Basada en el cómic del mismo Millar, toma los elementos primarios de la historia pero adapta otros al medio cinematográfico. La dirección de Vaughn en las escenas de acción y el ritmo en general son las estrellas en un film lleno de ellas: Caine, Firth, Jackson, Hamill y Taron Egerton un joven destinado a grandes roles. Todos los elementos se alinearon para convertir una potencialmente mediocre película en una muy buena, y todo está en la ejecución.