La ecuación Espías + Cine no sólo suele ser garantía de entretenimiento sino que sabe originar una interesante cantidad de íconos. Durante los ‘60, el salto de James Bond de los libros a la pantalla grande en El Satánico Dr. No sirvió de puntapié para secuelas, imitaciones y parodias, constituyendo un subgénero que, cada tanto, ofrece impactantes sorpresas. Como Kingsman: El Servicio Secreto.
Harry Hart (Colín Firth) parece el típico dandy británico, sólo que puede deshacerse él mismo de un grupo de terroristas. La capacidad propia de todo buen Kingsman, una organización inglesa más oculta que la reconocida M16. Cuando uno de sus colegas muere durante una misión, Harry -alías Galahad- acude a un potencial reemplazo: Eggsy (Taron Egerton), el hijo de un ex compañero muerto por su culpa. Eggsy anda a la deriva por la vida, lidiando con una madre asustada y un padrastro golpeador, cerca de convertirse en otro criminal de los barrios bajos londinenses. Ingresar en el duro programa de reclutamiento de la organización significará la oportunidad de reencauzar su vida y aprovechar sus destrezas físicas y mentales. Al mismo tiempo, Valentine (Samuel L. Jackson), un estrambótico magnate de los medios, está a punto de implementar un plan sumamente diabólico. Por supuesto, el enfrentamiento entre héroes y villanos está a la vuelta de la esquina.
La quinta película del director Matthew Vaughn es también su obra maestra. Para empezar, potencia los aciertos y corrige los errores de sus creaciones más recientes y famosas: Kick-Ass y X-Men: Primera Generación. Al igual que las andanzas de Dave Lizewski, está basada en un comic escrito por Mark Millar y conserva el estilo corrosivo y las referencias al universo en el que se mueve, ya no el de las historietas sino el de las películas de espionaje, principalmente las de Bond protagonizadas por Roger Moore, como Vivir y Dejar Morir (un 007 más elegante, mujeres más despampanantes, gadgets más curiosos, malos más megalómanos). Al mismo tiempo, evita los problemas de tono y las subtramas inútiles de KA. De Primera Generación toma la espectacularidad, la rutina de adoctrinamiento -antes, de jóvenes mutantes; ahora, de aspirantes a espías- y hasta se da el lujo de evitar caer en la misma mínima pero llamativa equivocación geográfica: una vez más, en los primeros minutos muestra un paraje nevado de Argentina, pero ahora no especifica qué lugar exacto. En las aventuras de los Hombres X, la ciudad balnearia de Villa Gesell iba acompañada… por montañas y un lago, propios de la Región Patagónica. ¿Una manera de redimirse, la de Matthew?
Si bien es conocido por sus roles de caballero parco, Colin Firth aquí demuestra que también resulta convincente repartiendo patadas y piñas, pegando saltos y disparando armas de diferentes tamaños, sin perder la parsimonia que lo caracteriza. Nada que envidiarle al bebé literario de Ian Fleming, y una muy interesante opción para hacer de John Steed si la serie de los 60 Los Vengadores vuelve a tener una oportunidad en el cine. Además, un gran apoyo para la revelación, Taron Egerton. El joven actor tiene con qué para convertirse en una estrella: estuvo por formar parte de X-Men: Apocalipsis, es candidato a encarnar al Hombre Araña y actuará junto a Tom Hardy en el film de gangsters Legend. No menos formidable es el trabajo de Samuel L. Jackson, y vale destacar que Valentine es de origen estadounidense y no europeo o asiático o latino, cosa que pasa muy pocas veces en esta clase de películas. Por su parte, Michael Caine (aquí es Arthur, el M de los Kingsman), tiene amplia experiencia en el rubro espionaje, debido a que fue el antibondiano Harry Palmer en la saga que comenzó allá por 1965 con The Ipcress File (Vaughn confesó que ese personaje le sirvió de inspiración para crear a Hart). La debutante Sophie Cookson es Roxy, otra aspirante al puesto de agente; un papel que podría remitir a Hit-Girl de Kick-Ass, sólo que no sabemos mucho de su vida ni llega a opacar al protagonista como hacía Chlöe Grace Moretz con Aaron Taylor-Johnson. Completan el elenco Mark Strong (una suerte de Q, pero más activo), la bailarina franco-argelina Sofia Boutella (mortífera secuaz de Valentine) y Mark Hamill, quien vuelve al cine clase A en esta producción y en la inminente Star Wars: El Despertar de la Fuerza, donde retomará al inolvidable Luke Skywalker.
Tan fresca y divertida como enérgica, audaz y demoledora, con giros inesperados y una banda sonora utilizada de manera extraordinaria (Dire Straits, Iggy Azalea, KC & The Sunshine Band y una sorpresa al final), Kingsman: El Servicio Secreto recupera la mejor tradición del cine de espías, siempre conservando un universo y personajes propios, sin quedarse en el mero homenaje. Sin duda, la cultura pop cuenta con un nuevo gran agente (no tan) secreto.