De los creadores de Pequeña Miss Sunshine, Jonathan Dayton y Valerie Faris, llega a las salas de cine La batalla de los sexos, una película focalizada en la lucha feminista que impulsó la tenista Billie Jean King.
En la década de los ’70, la estadounidense Billie Jean King se consagró como la mejor tenista femenina. A lo largo de su carrera obtuvo un total de 39 Grand Slam. Aun así, sus logros no se basan sólo en lo deportivo. Cansada del machismo que había en el mundo deportivo, decidió crear junto a otras tenistas el Virginia Slims Circuit, campeonato que dio lugar a la Asociación de Tenis de Mujeres, la principal institución organizadora del tenis profesional femenino. Cabe mencionar que la deportista no sólo luchó por los derechos de la mujer, sino que también lo hizo por la libertad en la elección sexual.
La película en sí se centra en un partido que se disputó entre Billie Jean (Emma Stone), quien en ese entonces tenía sólo 29 años, y Bobby Riggs (Steve Carell), un ex tenista de 55 años que en su apogeo se había consagrado campeón de Roland Garros, Wimbledon y el US Open. La batalla de los sexos, nombre que recibió aquel encuentro, fue uno de los eventos deportivos más vistos de todos los tiempos: alcanzó los 90 mil espectadores a nivel mundial.
La batalla de los sexos no sólo hace foco en el partido, el cual marcó un antes y un después en el trato hacia las mujeres en materia económica -ya que antes ellas cobraban 8 veces menos que los hombres a pesar de que convocaban a la misma cantidad de gente-, sino que también ahonda en otras cuestiones tales como la adicción al juego y el lesbianismo. Aunque estas cuestiones las sobrevuela y parecen estar sólo para rellenar un poco la historia.
Si bien el mensaje de la película está puesto, casi en su totalidad, en la lucha feminista, el guion hace demasiado hincapié sólo en el mísero pago hacia las mujeres. Otros temas como el machismo dentro del mundo deportivo o simplemente el machismo por sí solo, son tocados de una forma más bien superficial. Aunque se hacen referencias a cómo las personas creían en la supremacía del hombre hacia la mujer, éstas suenan más bien a simples comentarios al pasar.
A pesar de no estar desarrollado de una forma muy eficaz, no hay que pasar por alto el eje de la película. Si bien todo lo que se cuenta ocurrió en la década de los ’70, es notorio cómo aún en la actualidad continúa vigente la creencia de que los hombres deben ganar más dinero simplemente por su sexo. Sin ir muy lejos, Emma Stone -de quien cabe destacar su interpretación a la hora de ponerse en la piel de Billie Jean King- fue una de las voces que se levantó en pos de un mejor pago para las actrices en la industria hollywoodense.