El filme dirigido por el creador de “The reconstruction of William Zero”, alterna entre varios géneros sin lograr calar hondo en ningún de ellos.
En el relato, dos hermanas, Vee y Leah, interpretadas por Taryn Manning (“Orange is the new black”) y Francesca Fisher Eastwood (“Outlaws and angels”), deciden planificar y ejecutar junto a una banda, el robo de un banco para salvar a su hermano Michael (Scott Haze), conocido por, entre otras películas, “Deber cumplido”.
Con un comienzo que se perfila como una historia sobre asaltos más, Bush propone elementos que si bien resultan un tanto cliché, no dejan de ser efectivos: tiros, rehenes, gritos, y un grupo de delincuentes que resultan no estar tan de acuerdo con el plan a seguir.
Del lado de los rehenes, James Franco (“The disaster artist”), interpreta a una subgerente bancario que está dispuesto a ayudar a los ladrones a cumplir su misión.
Sin embargo, aquel banco no es como los otros y en la bóveda no solo hay dinero.
Es a partir de allí, cuando Bush, desde el guión y la dirección, combina el hilo que se desarrolla con el terror, un género que está abarrotado de intentos fallidos.
Sin efectos sorpresa, y con pocas escenas a destacar, “La bóveda”, es una película que a pesar de tener un buen casting, podría estar destinada al olvido por su pobre argumento, y la mediocre forma en que es narrada.