Cuestiones de género
La chica danesa, el nuevo film dirigido por Tom Hooper (El discurso del rey, Los miserables), nos presenta a Eddie Redmayne (La teoría del todo) encarnando a Einar Wegener (Lili Elbe), un pintor danés con considerable reconocimiento dentro del circuito artístico que hacia los años ´20 comenzó un proceso de cambio de sexo, ya que sentía que si bien había nacido como hombre, su personalidad respondía más a una identidad femenina.
Basada en una historia real, y en la novela del mismo nombre de David Ebershoff, La chica danesa nos muestra además la relación del artista con Gerda Wegener (aquí interpretada por Alicia Vikander), su esposa y también pintora, quien indirectamente lleva a Einar a reflexionar sobre su identidad. ¿Cómo ocurre esto? Simplemente porque Gerda se encuentra realizando un cuadro sobre una bailarina, que un día se ausenta, por lo que acude a la ayuda de su marido para que modele un vestido y unos zapatos.
A partir de esta pequeña sustitución, la pareja comienza un juego en el que cada vez que él se disfraza, es llamado Lili. Sin embargo, el inconveniente sobreviene cuando Gerda se da cuenta que la situación sobrepasa a su esposo, y que ya no se trata de un juego, sino de un conflicto interno que lo agobia y angustia cada vez más.
Con las dificultades obvias de la época, y además por tratarse del primer caso de cambio de sexo conocido en el mundo, los obstáculos que Lili debe atravesar van desde lo moral, pasando por distintos tipos de maltratos, hasta intentos de manicomización forzada, o diagnósticos patológicos precoces que en vez de comprender el padecimiento y necesidad de cambio del protagonista, caían en la estigmatización. Sin mencionar los conflictos internos que se presentan también en Gerda, quien adquiere fama por retratar a Lili, pero que a la vez, desea recuperar a su esposo y a lo que supo ser un matrimonio feliz.
El único punto flojo de La chica danesa, en mi opinión, recae en la elección del director de recurrir a cierta superficialidad a la hora de retratar los distintos momentos y cambios por los que pasa Einar, desde su negación y vergüenza, hasta la decisión del cambio de sexo mediante intervenciones quirúrgicas. Pareciera que para Hooper, el momento que Einar/Lili atraviesa tiene que ver sólo con lo estético, y con el uso de vestidos y sedas, más que con una cuestión de verdadera identidad de género. De esta forma, la postura que el film adopta pareciera apuntar más a un intento por agradar al espectador pudoroso, que a reflejar el desgarro y malestar que invade a los protagonistas, además de las vejaciones que éstos sufren.
Con actuaciones fascinantes, la dupla Redmayne-Vikander, brinda una propuesta interesante sobre los vaivenes que el matrimonio sufre, hasta llegar a admitir que es necesario el cambio, a pesar de que signifique la separación. Aquí lo que prima es el amor y acompañamiento mutuo, más allá de cualquier circunstancia.