Anexo de crítica: Uno de antemano podría deducir que nunca será del todo mala una película con Amanda Seyfried como una Caperucita Roja adolescente, Virginia Madsen como su madre y con Julie Christie personificando a la dulce abuelita (ya que estamos tampoco nos olvidemos de Gary Oldman en el rol de un inquisidor fanático del viejo arte de torturar a seres humanos en elefantes de bronce flameados). Sin embargo Hollywood vuelve a sorprendernos y en otro de sus típicos razonamientos lineales le encargó un exploitation de Crepúsculo a Catherine Hardwicke, directora nada menos que del primer eslabón de la saga: el resultado es un producto hueco y meloso lleno de estereotipos e incapaz de generar algo más allá de la indiferencia y/ o el tedio...