Cristina y Tudor Ionescu han formado una familia feliz con sus dos hijos, Maria e Ilie. Él trabaja para una compañía telefónica y ella es contadora. Ambos están en sus treintas y viven en un lindo departamento en una ciudad rumana. Su vida es la de una pareja normal con sus hijos. Pero una mañana de domingo, cuando Tudor lleva a sus hijos al parque, Maria desaparece. Sus vidas cambian abruptamente para siempre.