En una clara repetición de la fórmula que ya ha funcionado de maravillas tres veces en los últimos diez años (la primer entrega de la saga se estrenó hace una década), este cuarto capítulo en la historia de Manny, Sid y Diego no presenta grandes novedades, más allá de su cuidada e impecable factura técnica.
Todo comienza y se complica (una vez más) gracias a la ardilla Scrat y su devoción por las bellotas. De manera impensada desata el cataclismo que llevará a la conformación de los continentes tal como los conocemos en la actualidad. A partir de ese momento, esta disfuncional familia prehistórica, conformada por diversas especies animales, queda dividida y será la responsabilidad de noventa minutos de metraje y no demasiada creatividad el volver a unirlos.
Una primera mitad notoriamente superior a la segunda, en donde los realizadores decidieron volcarse hacia los confortables lugares comunes y los mensajes aleccionadores pro-familias felices y unidas a pesar de todos los obstáculos que intentaron mantenerlos separados, sabe aprovechar las utilidades de las tres dimensiones.
Un consejo para el público adulto: al momento de comprar las entradas decídase por las copias subtituladas para disfrutar de los trabajos de Ray Romano, John Leguizamo, Denis Leary, Jennifer López y Queen Latifah.