Familia y fantasía. ¿Qué dos conceptos más ligados a Disney? Sólo unos cuantos. Esos son los caminos por donde marcha La extraña vida de Timothy Green, espoleada por la presencia de su figura principal, Jennifer Garner, una actriz con etiqueta de mamá ideal, y que ya es megaestrella de Hollywood, por donde anduvo semanas atrás tomada del brazo de su esposo Ben Affleck, mientras éste festejaba el Oscar recibido por mejor película con Argo.
La historia de esta película comienza en un centro de adopción, adonde una joven pareja es evaluada para conocer sus aptitudes parentales. El relato da rápidamente un giro hacia lo fantástico cuando el matrimonio, advirtiéndole a la asistente social que su narración al principio será difícil de creer, pero servirá para demostrar que ellos están en condiciones de criar a un niño.
Cindy y Jim, los esposos, dan cuenta de la aparición de un ser mágico en sus vidas. Por la puerta de su casona rural, tras una tormenta, un niño que salió de la tierra removida, que tiene hojas en sus piernas, que los llama papá y mamá y que los empujó a aprender muchas cosas que no sabían acerca de darle seguridad y contención a un hijo.
La apuesta del guionista y director, y de Disney por detrás de esta película, es fuerte. La adopción no es un tema fácil, y a través de este cuento de hadas han tratado de revelar los profundos y complejos sentimientos de amor y responsabilidad que esta clase de decisiones conllevan.
Pero el tiro no da tan cerca del blanco. La película es de a ratos sensiblera, y en general no traspasa la pantalla, aunque por su temática debería ser mucho más intensa.
Una pena, porque Disney, aun dentro de su acostumbrada fórmula, para algunos aceptable y para otros no, tiene años de experiencia en el abordaje de las experiencias familiares, tanto de los contenidos como de la manera de representarlos, y muchos de ellos han sido apropiados y muy populares entre la amplia platea de público internacional.