El pasado viernes 8 de noviembre estrenó en el MALBA la última película de Paula de Luque, protagonizada por Julieta Diaz, Jean Pierre Noher y la participación especial de Paula Robles, realizada de forma independiente por el grupo EL CLUB. El filme no contó con el apoyo del INCAA, si no que fueron los mismos realizadores y actores quienes se hicieron cargo de los costos que abarca la realización de una película. “La forma de las horas” tuvo su estreno latinoamericano en el prestigioso Festival Internacional de Cine de Gramado y fue la única película en Competencia Oficial por Argentina. Por su trabajo, Julieta Díaz obtuvo el Premio a la Mejor actriz internacional.
El filme relata el último día que Ana (Julieta Diaz) pasa en la casa de playa que está a punto de vender, un lugar que ha sido testigo de una historia de amor que se ha derrumbado pero que ha marcado en su presente una huellas más que significativa. Contada de forma tal que determinadas escenas pueden entenderse como anteriores a otras más allá de la cronología del relato, la película puede verse desde el final hacia el comienzo y también de la forma tradicional y no implicaría un gran cambio para el espectador. El tiempo es un tema central de la película y también de la forma en la que esta se cuenta. Lamentablemente esta decisión no le aporta nada positivo a la historia, solo confusión y monotonía.
Las temáticas que intenta abordar el filme son la soledad, el desamor, la fuga del tiempo, sin embargo, ninguna de ellas se explora con profundidad, las escenas son reiterativas y no logran transmitir nada. Está claro que retratan momentos que la pareja de Ana (Diaz) y Fernando (Noher) tienen (o tuvieron) en algún momento en aquella casa, pero aún así esto no nos dice nada. Por otro lado, la participación de Paula Robles es un gran incógnito: La bailarina aparece en varias oportunidades bailando y hasta se cruza con Ana en un determinado momento. ¿Qué quiere decir la directora con esto? ¿Para qué aparece Robles bailando sin parar? No se entiende, este misterioso e injustificado personaje no aporta ni suma nada al ya bastante vacío relato.
Por parte de las actuaciones no hay nada nuevo que descubrir. Julieta Diaz es una gran actriz y verla es siempre un placer, sin duda lo único rescatable de esta película sea su trabajo, más allá que la historia que tenga que contar no sea demasiado atractiva ni interesante, como sucede en este caso.
Monótona y solemne, “La forma de las horas” intenta ser un film nostálgico e íntimo pero cae en una inexplicable secuencia de escenas que no transmiten nada.