En medio del éxito de la tira Pequeña Victoria (Telefe), Julieta Díaz vuelve a la pantalla grande con La forma de las horas, la nueva película de Paula de Luque (Juan y Eva). La cinta se podrá ver en el Malba.
La forma de las horas se centra en el reencuentro de una ex pareja (ella interpretada por Julieta Díaz y él interpretado por Jean Pierre Noher), a un año de su separación. Ambos vuelven al hogar en el que convivieron para terminar de sacar todas sus pertenencias y así dejarlo vacío para el próximo habitante. Es así que Paula de Luque nos entrega un relato sobre el amor en todas sus variantes. El duelo tras una separación. El derrumbe de una relación amorosa. Las heridas que, en el fondo, siempre parecen estar presentes a pesar del paso del tiempo.
La particularidad que presenta esta película es que no está contada de una forma lineal. A través de sus capítulos se nos irán presentando fragmentos de los momentos que esta pareja vuelve a vivir en estas veinticuatro horas de reencuentro. Pese a las constantes idas y vueltas temporales, es fácil determinar en qué momento del día se ubica la secuencia que se nos presenta en pantalla.
La fuerza del relato está puesta en la forma en la que está contado (los saltos temporales). Esto, pese a hacer interesante la propuesta, hace que la historia de (des)amor pierda fuerza con el correr de los minutos. Realmente no se llega a conocer a fondo a los personajes y las situaciones que vivieron en el pasado (más allá de algunas afirmaciones), por lo que es difícil conectar con los protagonistas y sus sentimientos.
La presencia de Julieta Díaz es lo que rescata, en gran parte, esta historia. La actriz pone todo de sí para interpretar a esta mujer que se reencuentra con su ex amado luego de un año. Su actuación es sólida y emocionante. Sus sentimientos parecen traspasar la pantalla. Su mirada, imponente por momentos y desolada por otros, logra conmover en cuestión de segundos.
La forma de las horas es una propuesta interesante que se queda a medio camino. La manera en la que está contada le saca profundidad al relato. Es difícil conectar con los personajes y sus sentimientos. Julieta Díaz, sin embargo, logra dar un paso adelante y nos ofrece una actuación sólida que emociona.