Lo primero en lo que pensé cuando empezó “La Gran Apuesta” fue “vamos a ver una nueva versión de El Lobo de Wall Street” pero no. En lo único que coinciden es en que hay corredores de bolsa y un poco de humor.
El film de Adam McKay no pone unos años antes de la crisis económica que atacó por sorpresa a Estados Unidos y al mundo.
Resulta que hay un hombre que vió que esto iba a pasar y apostó en contra de la economía de su país. Si a él le iba bien significaba que EEUU iba a sufrir el problema económico más importante de su historia, dejando a millones de personas sin trabajo y sin un techo para cuidar a su familia. Si él acertaba con lo que predijo significaba que el sistema no estaba funcionando y que todos los políticos estaba más sucio de lo que creían.