Santiago Loza obliga demasiado (¿defecto o virtud?) al espectador. El primer diálogo ocurre a los 20 minutos y en un filme de 80 es demasiado. Un estudiante de medicina que es gay y una mujer que tiene sexo con un sentimiento ambiguo emprenden un viaje atípico. En una trama poco creíble se irán desandando deseos, miserias y las pocas alegrías de los protagonistas.