El film narra un año en la laguna, con sus cambios marcados por los ciclos naturales, los riesgos constantes de la basura, los incendios intencionales y la presencia de los que la habitan, protegen o trabajan en ella. Así, la Laguna de Rocha se vislumbra como un territorio de fuertes contrastes sociales, barrios cerrados, tierras tomadas, construcciones de un gran valor histórico rodeadas de misterio y abandono. Un ecosistema donde confluye lo real, lo imaginario y lo simbólico, y donde se discute el futuro asomando el pasado en los pliegues de su cotidianeidad.