Una película de romance y aventura con un bien logrado balance entre lo clásico y lo moderno. Reúne el edulcorante para los momentos más melodramáticos con la épica necesaria en una obra de este carácter, junto a elementos contemporáneos para que el relato no luzca anacrónico a la platea de hoy: Tarzán ya no es héroe tosco, sino sensible. Jane no es una damisela frágil, sino fuerte y con un perfil feminista. Y el film tiene alegorías ecologistas y conservacionistas, acordes a estos tiempos políticamente correctos. [Escuchá la crítica completa]