La Llamada 3: más de lo mismo con mejores efectos
Una nueva secuela de esta recordada película de terror intenta insuflarle nuevos aires a una franquicia que, hay que reconocerlo, no tiene muchas vueltas para darle.
Hay un problema grande con las películas de terror en el cine norteamericano y es que no sólo tienden a repetirse copiando los patrones del género al pie de la letra sino que también lo hacen entre las propias secuelas de una misma franquicia.
Ya hace más de 20 años la clásica Scream se burló de estos convencionalismos al contar una historia que abundaba en lugares comunes al género slasher pero por lo menos incluía el detalle original de que todos los involucrados se daban cuenta de que todo lo que ocurrí seguía los parámetros y de esa manera reinventaban el género. Pero cinco años después, todas las películas ya comenzaban a parecerse a Scream, inclusive su dos secuelas poco felices.
Lo mismo viene a ocurrir ahora con La Llamada que en su momento causó sensación por esas imágenes subliminales que atormentaban a los espectadores durante días, aunque hay que reconocer que la interminable versión del siempre detallista Gore Verbinsky no estaba a la altura de la original japonesa.
Sin embargo, la taquilla le sonrió al director de Piratas del Caribe y por eso hubo una secuela de La Llamada que no tuvo tanta fortuna, algo muy explicable dado que también se trataba de una copia descarada (incluso con los mismos protagonistas) de la primera entrega.
¿Qué hacer en estos casos? Esperar una década e intentar de nuevo. A Scream no le funcionó con su secuela de 2011 pero no importa, porque Paramount Pictures confía en que haya toda una generación de adolescentes que no conocen la historia y a ellos va apuntada esta producción.
Pero lo cierto es que la tela da para cortar un rato más. Ahora resulta que Samara, la joven que aparecía en cintas de VHS que se divulgaban al azar y luego le daba a los infortunados siete días de vida antes de ir por ellos, ha llegado al mundo virtual y el peligro se ha multiplicado por un millón.
Claro, los guionistas aprovecharon la cultura de la viralización e hicieron digitalizar a Samara para darle un giro a la historia pero lo cierto es que el resultado pasa a ser el mismo de las otras veces: chica que ve el video y busca una manera de neutralizar a la villana que no sea copiando el video y pasándoselo a otra víctima potencial.
En definitiva, esta nueva versión, dirigida por el español Francisco Javier Gutierrez (¡cómo pegan trabajos de director de películas de terror los ibéricos por estos días!) que no desentona con las anteriores, y que incluso es más entretenida que la laaaarga película de Verbinsky ya que cuenta con mayor dinámica.
La fotografía del film es maravillosa y se podría llegar a decir que es el punto más fuerte del mismo ya que contribuye a crear atmósferas terroríficas en conjunción con la lluvia y la oscuridad que imperan en la mayoría de las escenas.
El reparto, lejos de guarecerse en protagonistas de moda, incluye a estrellas como italiana Matilda Lutz, el correcto Alex Roe, Johnny Galecki (sí, el protagonista de The Big Bang Theory, irreconocible) y el siempre efectivo Vincent D´Onofrio, que cumplen sus papeles con convicción.
En definitiva, la película asusta, tiene un buen trabajo de dirección, fotografía y actuaciones pero es una copia casi exacta de las anteriores, por lo que si usted quiere asustarse otra vez con lo mismo puede ir con comodidad; y si no la vio ni sabe de qué se trata, se puede recomendar sin problema alguno.