En la reciente película que dirige y protagoniza Casey Affleck, “La luz del fin del mundo”, se retrata un mundo apocalíptico que quedó casi extinto de mujeres y niños. Allí, este padre intenta sobrevivir junto a su hija, a la cual hace pasar por un varón para protegerla, moviéndose entre bosques y casas abandonadas.
La película sigue a estos dos personajes combinando sus momentos íntimos, en los que ella le hace incontable cantidad de preguntas para entender no sólo el mundo en el que vive sino el que no llegó a conocer, con los de un poco más de tensión, alejándose de todas las personas porque cualquiera podría ser peligrosa. El mundo que conoce esa niña, Rag, está casi todo abocado a lo que su padre le contó y los libros que lee.
Ni siquiera logra recordar a su madre (Elisabeth Moss, en unos pocos flashbacks que terminan de explicar qué sucedió) y está a punto de dejar de ser una niña. Por suerte tiene a un padre que intenta instruirle de la mejor manera, hablándole sobre ética y moral o explicándole que hay (o hubo) personas con otro color de piel y que eso no los hace diferente.
Affleck consigue retratar este mundo apocalíptico a través de los fríos escenarios y también consigue que la niña sea la protagonista del film, la que vivencia todos estos cambios. Sin embargo se toma demasiado tiempo para narrar las idas y vueltas y lo hace con un ritmo lento y cansino que resulta apropiado para comprender la desolación pero pesan durante las dos horas de relato.
A la larga los mejores momentos de la película son los más intimistas entre ellos dos, en especial la conversación sobre el sexo y la menstruación que el padre debe llevar a cabo e improvisa como puede.
En cuanto al tema y al mensaje, Affleck no puede evitar subrayarlo todo. La idea de un mundo sin mujeres, la importancia del género femenino para la humanidad, todo esto de una manera poco sutil. “La luz del fin del mundo” funciona como una película apocalíptica intimista, consiguiendo en algunos momentos conmover y apostando por un tono esperanzador entre tanta oscuridad.
Lamentablemente además de no contar nada original resulta más bien aburrida y subrayada, lejos de sus anteriores películas como realizador.