“La luz Incidente” es mucho más que un ejercicio de estilo bellamente fotografiado en blanco y negro por Ariel Rotter, es una historia profunda y silenciosa sobre el duelo y la presión social de una sociedad patriarcal.
Evitando el melodrama, el filme ambientado en los sesentas, retrata con detallismo la vida doméstica de Luisa (Erica Rivas) que perdió a su esposo y a su hermano en un repentino accidente automovilístico. La joven viuda con dos kubrickeanas gemelas empieza a ser cortejada por Ernesto (Marcelo Subiotto). Por su parte su madre inicia una nada sutil tarea de presión para hacer entender a Luisa que las niñas no pueden crecer sin padre y sin el dinero que les proveía.
Pero la película es realmente acerca de dolor abrumador que Luisa siente, y la tensión que le provoca una sociedad que le impone seguir adelante como sea. Brillantemente ejecutada, Rotter está en los detalles. Elegante en sus movimientos y creando un ambiente y ritmo propio, la película crece en interés minuto a minuto. Los encuadres cuidados y las actuaciones contenidas de Rivas y Subiotto hacen el resto.
Rotter captura un momento en que las mujeres sentían que las opciones que tenían eran limitadas, presionadas por familia y sociedad para interpretar el rol que les asigne, una máscara que nunca logra tapar la pena.