En 1974 Tobe Hopper dirigió uno de los más recordados films de terror de todos los tiempos “The Texas Chainsaw Massacre”. Convertida en una película de culto y colmada de reboots, remakes, precuelas, secuelas, esta idea del loco con la motosierra fue exprimida a más no poder. ¿Podemos decir entonces que esta entrega de Alexandre Bustillo y Julien Maury propone algo nuevo, original, que le aporta algo a la saga? La respuesta es concreta y simple: NO.
La historia comienza en un manicomio, presentándonos a los personajes. Entre tanto revuelo, la cinta nos deja con cinco roles principales entre los cuales deducimos que estará nuestro futuro protagonista Leatherface. Mérito del director que no deja servida esta deducción, sino que nos enteraremos mucho más avanzada la cinta quién es el loco de la motosierra.
La película se convierte en una especie de roadmovie con nuestros jóvenes escapando de la policía al destrozar el manicomio y huyendo de él. Es así como empieza una lucha entre los protagonistas, la autoridad y la loca del pueblo, sí, la madre de Jed (El Loco de la Motosierra).
La cinta cuenta con varias escenas de sangre y gore que son el único entretenimiento de la misma. Otro punto a destacar es la integración de Lili Taylor como la madre del asesino, actriz que ya habíamos podido ver en títulos mayores como “El Conjuro”, “Sueño de Arizona”, “Nacido el 4 de Julio”, entre otras.
Al principio parecía que la película aportaría algo interesante, ya que uno de sus directores es Alexandre Bustillo, realizador de las excelentes “Livide” e “Inside”. Al ver estas referencias uno piensa que va a encontrar algo novedoso o por lo menos entretenido para la ya exprimida saga. Sin embargo, no es el caso “Leatherface”. Es hora de pensar seriamente si estos infinitos reboots tienen algún fin o son solo refritos de cintas exitosas, ya que carecen las buenas ideas.
En conclusión, el film no propone nada novedoso a la saga. Es una opción pasable para los amantes del género.